Según informó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, fue atacada una base militar cerca de la provincia de Hama, impactando con un depósito de armas y un cuartel de bomberos, donde al menos hubo 26 muertos y 26 heridos.
Entre los fallecidos se encuentran miembros de la Guardia Revolucionaria Iraní y del Ejército Sirio.
En principio se pensó que los misiles enviados de Jordania eran británicos o Estadounidenses con el fin de destruir el armamento almacenados en la brigada 47, después, El ejército de Siria atribuyo la agresión a Israel, que nombraron como “el enemigo”, sin embargo el gobierno israelí rehusó confirmar su autoría.
Diarios libaneses vinculados con el gobierno del presidente israelí, Reuven Rivlin, señalaron que el objetivo del ataque consistió en “eliminar importantes depósitos de armas utilizados por el ejército y los guardias revolucionarios iraníes” y que al parecer fueron utilizados proyectiles de alto impacto, capaces de destruir bunkers.