Mandel, el ¨trotskista detective económico¨ y novela de Padura sobre el asesino de Trotsky

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Mandel, el ¨trotskista detective económico¨ y novela de Padura sobre el asesino de Trotsky

Miércoles, 12 Diciembre 2018 00:12 Escrito por  Javier Ortíz de Montellano
Mandel, el  ¨trotskista detective económico¨ y novela de Padura sobre el asesino de Trotsky Mandel, el  "trotskista detective económico" y novela de Padura sobre el asesino de Trotsky

Ernest Mandel (1923-1995) fue un dirigente trotskista internacional, que tuvo  una destacada participación en el análisis de los ciclos económicos y las crisis recurrentes de lo que llamaba Capitalismo Tardío.

Sus tesis fueron expuestas en su libro de 1972 sobre el capitalismo financiero, también denominado con el eufemismo de ¨capitalismo reciente¨(porque el sistema capitalista se tarda en desaparecer, como ingenuamente creían los desaparecidos  marxistas que iba a suceder).

Sin embargo, su viejo pero no envejecido libro ¨Las Ondas Largas del Desarrollo Capitalista ¨ (1980) sigue vigente cada vez que estalla una crisis financiera en el mundo, como la más reciente de 2008... y la próxima que ya anuncian hasta las más conservadoras instituciones del neoliberalismo internacional (recuerde nuestro artículo en DigitalMex del pasado 5 de agosto: La próxima recesión de Estados Unidos: Escenarios posibles, peligros para México).

Al margen de su obra económica-política, Mandel escribió un texto en 1984 que nos acerca a la posibilidad de conocer su singular creatividad intelectual de una manera curiosa: su estudio sobre la historia social de la literatura policial y su relación con los cambios en la estructura económica. Su libro apareció en español dos años después con el sensacionalista título de "Crimen delicioso. Historia social del relato policíaco". UNAM. México. 1986. Y el autor estuvo en persona para la presentación en la Universidad Nacional Autónoma de México. 

Llamativo pero a la larga desafortunado título, especialmente para México porque lo que viene sucediendo de entonces para acá en el campo real de la criminalidad es todo menos delicioso, excepto para los impunes transgresores de la ley que, desgraciadamente -con el fallido sistema judicial que tenemos- son muchos (se estima que menos del 3 por ciento de ellos son condenados). 

Cual buen detective de la historia, Mandel realiza en su investigación una muy interesante reflexión acerca del origen y del consumo masivo de las nuevas formas del género policial, efectuando una lectura económica-social del mismo. En sus diversos capítulos, entre detectives, policías y criminales, además de información y opiniones nada parecidas a la gastada jerga de los marxólatras y marxólogos, Mandel maneja magistralmente la ironía y el humor. Ahí se aprecia con deleite de qué manera la literatura está ligada estrechamente a lo social y al momento histórico de las economías.

Así, confirmamos que cada momento del desarrollo de la novela policíaca responde a la etapa del desarrollo capitalista en el que surge. En general, el detective privado funciona cuando el delito es cometido por individuos, y a medida que el delito toma otras directrices el investigador privado es insuficiente y se hace necesario el respaldo policíaco, incluso internacional, al estilo Interpol. 

Y el crimen organizado globalmente exige, obviamente, mayor organización, preparación y equipamiento de las policías, a lo cual habría que agregar las crecientes imbricaciones políticas y de corrupción a nivel mundial.

Resulta evidente que el socialismo ¨real¨ fracasó (el que sobrevive es una especie de caricatura si no una aberrante pesadilla), pero el neoliberalismo global ha mostrado cada vez más su incapacidad para resolver los problemas sociales y económicos del mundo. Y sin duda ha aumentado la criminalidad en todos los continentes. Estados Unidos, España, Grecia, Italia, Portugal, Irlanda, Islandia, etc, nuestro propio país, México, son muestra de ello.

El último trotskista del mundo, Mandel,  no vivió para ver la evolución de los países socialistas reales de regreso al capitalismo ni pudo leer la interesante novela de Leonardo Padura, El Hombre que amaba a los Perros (2009), sobre el enigmático Ramón Mercader, que asesinó en México a León Trotsky en 1940 y vivió asilado en Cuba los últimos años de su vida. La novela le hubiera encantado, ya que es una sangrante crítica del odiado estalinismo, más social y literaria que policiaca. 
Padura es conocido ya por los lectores de habla española gracias a su tetralogía policiaca  «Las cuatro estaciones», que incluye a Máscaras, Paisaje de Otoño,

Pasado perfecto y Vientos de Cuaresma. Protagonizadas por el reflexivo y pesimista inspector de policía, teniente Mario Conde, son el material para la adaptación de la estupenda miniserie "Cuatro estaciones en La Habana", que se estrenó en Netflix en 2016.

Cunde así por doquier el nada delicioso crimen y prolifera la literatura policiaca, cuyos mejores ejemplares inspiran la más reciente fase del género que son las exitosas Series de televisión distribuidas internacionalmente.

El crimen nunca es delicioso en la realidad, pero lo que sí es una verdadera delicia es este recomendable libro del ¨detective trotskista ¨ Ernest Mandel que puede ayudarnos a entender tan terrible fenómeno y estimular  el raciocinio y nuestra imaginación para crear instrumentos y combatirlo inteligentemente. 

Al menos a Mandel, su afición a las intrigas detectivescas le sirvió para estar alerta y no acabar como su ídolo Trotsky, asesinado por encargo de Stalin. Ernest pudo así morir en su cama mientras disfrutaba leyendo una deliciosa novela policiaca un 20 de julio de 1995. Descanse en paz.

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