Todos los medios de comunicación que son propiedad del Estado (entiéndase gobiernos locales o nacionales) se han caracterizado por difundir información oficialista, es decir, a modo e instrumentada desde el poder para legitimar, con todas sus formas y causas, ese mismo poder.
No es de extrañar entonces que sus contenidos sean perfectamente filtrados y cuidados a modo de no trastocar a los integrantes de ese grupo privilegiado. Cuestionable sí, porque desde el renglón de la ética y la responsabilidad social de los medios se debe procurar la veracidad y la imparcialidad en los contenidos informativos. Sin embargo, así son las cosas.
No obstante, lo deseable, dentro de la exégesis del periodismo, es que el rigor editorial sea conducido por profesionales, o de menos profesionistas de carreras afines a la producción y el tratamiento de los medios de comunicación.
Sin embargo, normalmente no ocurre así. Los cargos directivos de los medios públicos suelen otorgarse a personas afines al circulo de poder político, pero ajenos al conocimiento de los medios.
Un claro ejemplo es el Sistema de Radio y Televisión Mexiquense, nacido en 1984 por decreto del Ejecutivo estatal como órgano descentralizado del Gobierno del Estado de México, que en su haber ha tenido apenas un par de directores generales afines al perfil de comunicación o periodismo.
Fuera de ahí, la dirección del sistema ha servido para el pago de favores o compromisos políticos, lo que orilla a que la titánica labor de mantener vigente su programación en radio y televisión recaiga en sus mandos medios y en el personal operativo.
Los directivos se limitan a hacer relaciones públicas y en algunos casos hacen un esfuerzo por acercarse asesores que les ayuden en su labor.
En el Estado de México hay mucho talento en el campo de la comunicación política, social e institucional, así como en el terreno de la investigación periodística. Lo justo es ver a un o una experta, para que de verdad se transforme la línea editorial y de entretenimiento que la audiencia requiere.
El último año se vieron importantes ajustes de programación que hablaban de un proyecto con rumbo para poner al Sistema de Radio y Televisión Mexiquense en la competencia nacional de los medios públicos. Sin embargo, la estafeta ya fue cedida a un perfil formado para la abogacía. Un cambio sin cambios.