La importancia de la prevención y el cuidado personal se hace presente nuevamente por la ola de intentos de privación de la libertad a jovencitas en la Ciudad de México y zona conurbada del Valle de México. El modus operandi de los delincuentes se replica una y otra vez; las redes sociales se llenan de quejas que desafortunadamente en muchas ocasiones no llegan a la denuncia por temor, cansancio o simplemente desconfianza.
En su mayoría, estos casos, se han detectado cerca de las estaciones del metro y, por lo regular, un delincuente las aborda para tratar de privarlas de su libertad mientras los cómplices los vigilan y preparan la huida en vehículos que ubican cerca del lugar de primer contacto.
Cuando la víctima se defiende, grita y se resiste, es golpeada, maltratada, y si alguien se acerca a checar, los delincuentes argumentan ser novios, esposos o parientes y aparentan problemas familiares. Si la víctima logra huir es amenazada con la la frase: “ya sé dónde vives, cuídate porque voy por ti” y con esto tratan de amedrentar a la joven para que desista de hacer alguna denuncia.
Desafortunadamente, este modo de operar de la delincuencia se ha detectado ya en la zona conurbada del Valle de México, en municipios de nuestro estado, lo que hace suponer que la red de trata de personas sigue creciendo sin control.
Hace apenas unos días leí sobre la declaración de un testigo, en el juicio del Chapo Guzmán, que se manifestó sobre la compra de menores de edad que hacía el capo, para satisfacer sus más bajos instintos y me vino a la mente el secuestro de estas menores, de la manera descrita, con el fin el ser vendidas a delincuentes como Guzmán Loera.
Preocupante el peligro que corren las mujeres en nuestro país y, más preocupante, la falta de conciencia de algunos servidores públicos, como una diputada que propuso el que las jóvenes no salieran después de las diez de la noche, para no correr peligro.
Creo, estimados lectores, que debemos hacer lo posible para lograr esa libertad y tranquilidad anheladas por las niñas y jóvenes, que además es su derecho, tan importante es la acción de la autoridad, como de cada uno de nosotros en la prevención.
La investigación policial, el uso de la inteligencia y las acciones necesarias para terminar con ese flajelo, son una obligación del Estado.
Desafortunadamente, las medidas preventivas por parte de todos los ciudadanos son urgentes, acciones como el utilizar siempre los geolocalizadores de los teléfonos celulares, acompañar a adolescentes y jóvenes, en cuanto sea posible, a sus trabajos y lugares de estudio; sobre todo, si es de noche, tener una comunicación constante con la familia para estar al pendiente y crear claves familiares para el caso de llamadas telefónicas de extorsiones o secuestro.
Éstas son algunas de las medidas preventivas que podemos tomar y que desafortunadamente, repito, tenemos que utilizar ante el ataque de estos delincuentes a la sociedad.
Por cierto: la denuncia es importante ante cualquier ilícito y sobre todo si se trata de privación de la libertad, no permitamos delincuentes impunes.
