Estimados lectores, estoy de regreso con este espacio de opinión que desatendí desde hace algunos meses, primero, quiero agradecer a DigitalMex y a mi querida Diana Mancilla por la oportunidad de seguir escribiendo para este importante medio, para mí es un honor.
Hoy trataremos un tema de actualidad, apenas la semana pasada en nuestro Estado se nombró a un nuevo Fiscal General de Justicia, hecho muy relevante, pues se hace la transición en una de las instituciones de mayor importancia en el tema de seguridad en nuestra entidad. Y no es fácil el reto para el nuevo Fiscal, en un Estado donde está declara la alerta de género y cada día se conoce de más delitos violentos y en el que las autoridades que investigan los delitos no cuentan con toda la confianza de la ciudadanía, ser Fiscal General, hoy en día, es un verdadero desafío.
Personalmente no conozco al nuevo titular, conozco su trayectoria por lo que he leído de él y como abogado, pero, sobre todo como ciudadano de este bellos Estado, le deseo éxito. En mi opinión, esto dependerá de su conocimiento del tema, de su honestidad, de su esfuerzo como servidor público y, sobre todo, de que arme un equipo con expertos, mujeres y hombres, que se entreguen a su labor y vean la procuración de justicia como un apostolado de servicio y no como un medio de enriquecimiento.
Del Fiscal saliente, en mi apreciación muy personal, puedo decir que su gestión fue gris, sin brillo y sin lograr esa sensación de justicia que toda la ciudadanía busca, no niego qué hay excelentes servidores públicos en la Fiscalía, que entregan todo su esfuerzo y también hay quienes no deberían estar en la función porque solo buscan un provecho personal.
Debo mencionar a la coordinación de secuestros que hasta ahora ha hecho un gran papel, creo que es de lo mejor de la Fiscalía y a algunos Fiscales Regionales que también ponen ejemplo de honestidad y servicio.
Falta mucho para que la institución cumpla con las necesidades de un Estado en el que la delincuencia organizada ha sentado sus bases y la delincuencia común vulnera a todas horas la paz y la tranquilidad de la ciudadanía.
Le deseamos el mayor de los éxitos, porque si el nuevo Fiscal logra sus objetivos, la incidencia delictiva disminuye y los ciudadanos gozaremos de la tranquilidad que merecemos y que es nuestro derecho constitucional.
No podemos olvidar la pretensión y la labor de las policías preventivas, que de eso ya hablaremos en otra columna, por el momento, debemos recordar que tiene poco tiempo y a muchos les dejaron grandes retos y problemas por resolver.
Por cierto: Poca presencia de la policía municipal de Toluca en estos meses, se comentaba en los círculos policiacos que no había patrullas porque el contrato de arrendamiento concluyó, esperamos que pronto se ponga remedio para que la delincuencia no crezca en nuestra bella capital.
