Desafortunadamente, la violencia se ha convertido en un tema cotidiano en nuestro país, la pérdida de los valores en los seres humanos, la falta de interés de la ciudadanía, la educación que ya no se encuentra en las familias, la falta de interés de los padres y la facilidad para emprender el camino equivocado de los jóvenes, aunados a una fallida política pública, en materia de seguridad, nos ha llevado a observar cómo en cada acción de la sociedad la violencia se generaliza y los criminales solos o en grupos organizados actúan con gran impunidad.
En estos días, hemos observado este fenómeno en dos vertientes: la primera de ellas en acciones sin ninguna lógica y, sobre todo, sin justificación y en las cuales se priva de la vida a mujeres inocentes que sólo buscan el bienestar de sus familias y los medios para crecer económicamente. Sería ilógico no mencionar el caso de un tipo desequilibrado que, en el municipio de Atizapán de Zaragoza, privó de la vida a un número, todavía no determinado, de mujeres solamente por el placer de hacerlo. Y si escarbamos en su vida seguramente encontraremos las causas más no la justificación, que llevaron a este monstruo a cometer tales feminicidios, no lo sabremos, pero si entenderemos que la falta de cuidado, de prevención y la falta de seguridad le proporcionaron el campo fértil para lograr su cometido.
Es muy cierto lo que reclaman muchos grupos feministas, no es justo que las mujeres no puedan realizar sus actividades sin correr peligro, pero también es cierto que ante estos hechos debemos ser más cuidadosos con las mujeres de nuestra familia y las cercanas, si no prevemos, somos proclives a ser víctimas. Pienso, estimados lectores, que no tiene nada de malo cuidar a las mujeres, que ahora, es fácil establecer contacto permanente con ellas y hasta acompañarlas a sus actividades cuando se pueda, la tecnología nos permite tener mayor cercanía.
Y podemos decir que este hombre ya está detenido, sí, pero ¿después de cuántos asesinatos?
El otro tema que se está volviendo cotidiano, es la violencia en contra de candidatos de diversos partidos políticos, en todo nuestro país. Levantones, extorsiones y hasta homicidios han caracterizado la jornada electoral de este año, por lo general, provocados por la delincuencia organizada que impunemente, realiza sus actividades.
Esta situación en nuestro país, nos hace reflexionar que la política de seguridad pública está fallando, a quienes pensaron que conformando una guardia nacional a partir del ejército resolvería el problema de la delincuencia organizada, podemos decirles que no ha funcionado, que como ya lo habíamos comentado se dejó en el olvido la prevención, que la seguridad ciudadana es responsabilidad de los tres niveles de Gobierno pero con corporaciones civiles no militares, que el ejército está preparado para otras actividades y que, como decía un excelente jurista: tratar de combatir la corrupción con ignorancia es doble etapa de retroceso.
La ciudadanía se está cansando y esto se demuestra con los constantes linchamientos a presuntos delincuentes en todo nuestro país y tampoco pienso, qué de ninguna manera, sea conveniente permitir la aplicación del ojo por ojo. Tenemos que reaccionar todos, ciudadanos y gobierno.
Por cierto: otro hecho de violencia increíble fue la agresión de un practicante de la lucha libre a un niño en la Ciudad de México, este tipo ya está libre, pero en mi opinión nunca más debe volver a practicar la lucha libre por la demostración tan desafortunada de su actitud antideportiva.