No soy experta en el tema, pero el desplome de tres avionetas en una semana en los cielos del Estado de México, no es una situación normal.
Los expertos consideran que las escuelas de aviación del Estado de México, más de 25, no cuentan con protocolos aeronáuticos. La instrucción no pasa siquiera de un año y ya están en los aires.
Si se hace un recuento, a partir de 2016, y hasta 2018 había registro de 7 accidentes aéreos. En una semana, van tres en este 2019. Algo debe pasar y las autoridades deben estar atentas. Hasta el momento la tragedia no ha sido mayor porque caen en zonas despobladas.
El primer accidente de este 2019 ocurrió en el Aeropuerto Internacional de Toluca el 7 de febrero, el segundo, en Santa María del Monte en Zinacantepec durante una instrucción de vuelo el día 9 de febrero y ayer 10 de febrero se suscitó el tercero en Atizapán de Zaragoza.
La falta de prevención y quizás el tema de corrupción han puesto en juego la vida de quienes, confiados, se suben a estas avionetas. Poco se sabe de temas de seguridad aeroportuario y menos aún de cuáles son las sanciones o multas que reciben los “escuelas” de instrucción.
Por otra parte, el 5 de febrero en Otumba el ferrocarril arrolló a un autobús de la Universidad del Valle de México y a una pick up, el día de ayer, un tráiler de la empresa Coca-Cola, también fue embestido.
Nuevamente la falta de prevención, porque no hay señalización y de las barras de stop ni hablamos. Las alarmas que deberían de existir para que este tipo de accidentes no cobraran vidas, no han sido colocadas. El tema es que las autoridades brillan por su ausencia.
Estos dos temas en especial, deberían de ser de interés público, sobre todo ahora que el gobernador Alfredo del Mazo está de acuerdo en el proyecto del presidente Andrés Manuel López Obrador, para que una de las pistas del Nuevo Aeropuerto se instale en Toluca.
El mandatario de la nación ha repetido en diferentes ocasiones que uno de sus planes será darle auge al tema ferroviario, pero urge verdaderamente que se cumplan con los protocolos para evitar tragedias de grandes magnitudes.
Siendo siendo coherentes, ambos temas pueden ser favorables; sin embargo, las autoridades y los ciudadanos deberíamos de trabajar para que se haga de la manera correcta.
