Una vez más, los ciudadanos de todos los niveles sociales le demostraron a los tres niveles de gobierno que después del catastrófico sismo de 7.1 grados ocurrido en la ciudad de México, a las 13 horas con 14 minutos del pasado martes 19 de septiembre, su reacción fue inmediata para iniciar los trabajos de salvar vidas.
Así pues, las adversidades son un acicate para la sociedad civil, con el que en orden, con disciplina, con entusiasmo y UNIDOS, se pusieron a rescatar a los mexicanos que lamentablemente fueron presas de este maldito fenómeno natural en sus casas u oficinas.
Dos horas antes, en toda la metrópoli se había realizado el simulacro, que rememoraba que 32 años atrás, un sismo de 8.1 grados había devastado al entonces Distrito Federal (entonces capital de la república mexicana).
Este pasado martes negro, una vez más, quedó demostrado que las diferencias de pensamiento, de credo, de preferencias o nivel social, no importaron para crear una unidad más sólida que la de cualquier metal que se conozca.
Los llamados milenials, a quienes se les denostaba por no tener beneficio alguno en todos aspectos, le demostraron a todo el país, su organización inmediata, su entrega, su valor, su civismo, su arrojo y su gran responsabilidad social, debido a que fueron los primeros en brindar apoyo a los damnificados. ¡Vaya ejemplo que nos han dado!
No podemos dejar de reconocer los trabajos incansables e ininterrumpidos durante todos estos días en las zonas de desastre que lleva a cabo el Ejército, la Marina, la Policía Federal Preventiva, los Topos, los miembros de Protección Civil, los Brigadistas Internacionales, la Cruz Roja, las mascotas caninas y, por supuesto, de toda la sociedad que, sumándose con voluntad y entrega, han logrado salvar muchas vidas. ¡Mi absoluto reconocimiento a su ardua e invaluable labor!
La ayuda permanente también permea a los estados de México, Oaxaca, Morelos, y Guerrero, con algunas dificultades por el egoísmo de quererse colgar medallas ajenas de algunas autoridades que son la decepción nacional.
Luis Felipe Puente, coordinador nacional de Protección Civil, señaló que hasta hoy, son 318 personas fallecidas, 180 en la Ciudad de México, 73 en Morelos, 45 en Puebla, 13 en el Estado de México, seis en Guerrero y una en Oaxaca.
Sin lugar a dudas, es un orgullo haber nacido en esta bendita tierra, llena de hombres y mujeres cabales. Lo que es una verdadera lástima, es ver que en los últimos 47 años hemos tenido gobiernos que no han estado a la altura de sus ciudadanos.
Plasmo una párrafo de un largo y bello pensamiento (de los millones que han circulado durante estos días en las redes sociales), que me gustó mucho: “Es un orgullo y privilegio vivir en un país que en medio de la desolación, los ciudadanos cantan 'Cielito lindo' para animarse y vencer juntos el llanto”.
¡Viva México!