Todo colapsó. Hasta la comunicación. Todo el mundo se le echó encima a Televisa. Y eso fue innecesario. Seguí todo el tiempo la información de Frida Sofía y la creí. A cuadro sí hubo un “topo” que le dijo a la reportera que adentro había una niña, y la descripción era como ella la describió. Allí estaba Nuño, esperándola. Todo era querer que sucediera un milagro, cuando en todos lados de la Ciudad de México, era el deterioro y la incertidumbre. Jamás sucedió: nunca hubo niña. Ni padres. Fue todo un cuento innecesario de un pobre diablo. Y le creímos…
Y al tiempo, todo es un caos. El caos en el caos. Muchos, muchísimos ws’ups llenos de mala entraña. Ayer circuló uno en donde hablaban pestes del Norberto Rivera, por haber ido a orar a la escuela del desmoronamiento. Se están ocupando de deshacer y de confundir a la ciudadanía. Muy triste. En esta época en que todos estamos en una crisis espantosa, esto no se vale.
Total, que el gobierno tiene la culpa de todo lo que pasa y de lo que no pasa. De lo que existe y de lo que no. De lo que se tiene y de lo que se carece. De que tiemble y de que no hubiera sido un sismo chiquito. Qué barbaridad. Somos a veces tan absolutamente insensatos e intransigentes. Todo lo que nos pasa, resulta que es culpa del gobierno.
De que hay gente realmente deleznable, por supuesto que la hay. Por ejemplo, ¿qué necesidad habría de quitarle al Obispo de Cuernavaca sus tres tráileres y quedárselos el Dif del Estado, si eran de Cáritas? ¿O qué tal que no dejaron que camiones de Michoacán pudieran darle a la gente lo que le traían? Qué miserables. Graco se ha visto como realmente es. Mucha pena ajena me da.
Prefiero entonces a todos los que se fueron a luchar por su grande país. Se organizaron y se pusieron a hacer todo lo que más pudieron. Dieron su tiempo, su alma y su espíritu, por el país. A los que tienen conciencia. A los que les duele en serio México. Los que lo conocen y los que le tienen gran reverencia. En ellos yo sí creo. Y si son del norte, del sur, del este o del oeste, todos son más que bienvenidos a la tierra demolida, destruida, caída. A este México al que amo tanto y que se está desmoronando.
Porque sí… sí creo que México sigue siendo el centro del universo y que se recuperará. No sé en cuanto tiempo, pero siempre lo hará. Es una promesa de los astros. Y yo les creo.