La prepotencia acompañada de sus declaraciones amenazantes con las que siempre se ha manejado el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha sido el ir y devenir desde que asumió el poder han puesto en jaque a distintas naciones como la nuestra, al darle un ultimátum al mandatario mexicano Andrés Manuel López Obrador para que les cierre la frontera sur a las caravanas de migrantes ilegales centroamericanos y darles el paso libre para que se desplacen por territorio mexicano y logren ingresar al país norteamericano.
Donald Trump declaró el pasado jueves que los gobiernos de México, El Salvador, Guatemala y Honduras, no están haciendo nada para contener el ingreso de los migrantes por lo que “vamos a cerrar la maldita frontera la próxima semana” y, de paso, por lo que respecta a nuestro país, podría cancelar la firma del Tratado de Libre Comercio entre EU, Canadá y nuestro país. ¡Tómala!
Según Home Land Security, en febrero pasado, 76 mil indocumentados cruzaron las fronteras estadunidenses, la cifra más elevada de los últimos 12 años y señaló que el gobierno Lópezobradorista o no quiere o no puede. ¡Pácatelas!
Mientras tanto, la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, le “echó más leña a la hoguera” al asunto, al declarar que a fin de marzo (que acabó ayer), se llegaría a los 100 mil indocumentados que pasaron por tierras mexicanas.
La inacción del otrora aprendiz de canciller, Marcelo Ebrard (el nene exconsentido de AMLO), está a la vista de todos los mexicanos, claro está, se debe a que su jefe y superior AMLO no lo deja opinar. Y tanto que criticaron los ex perredistas y ahora morenistas durante años a los gobiernos neoliberales por su actitud pasiva ante los norteamericanos, que el tabasqueño “abolió” absurdamente en días pasados, como si declararlo fuese suficiente. ¡Que alguien me explique!
Pero eso no es todo, el viernes por la noche, Trump cumplió su amenaza al suspender los programas de asistencia exterior al llamado Triángulo del Norte de Centroamérica integrado por El Salvador, Guatemala y Honduras; aún falta la decisión definitiva del Congreso de EU.
Las amenazantes declaraciones del mandatario norteamericano hizo que se tuviera el primer desencuentro entre Trump y López Obrador, quien contestó que “el plan es darle empleo otorgándoles visas de trabajo”.
Pero es no es todo, el mandatario tabasqueño demostró una vez más que puede jugar con la inteligencia de sus seguidores y acarreados por su partido, Morena, en una gira de trabajo con su populismo desbordado que maneja a la perfección y le da los resultados esperados.
AMLO les preguntó a los asistentes que forman parte del “pueblo sabio”: “¿levanten la mano quienes estén de acuerdo que no le debo contestar al presidente norteamericano? ¿Y qué pasó?“, ¡can can can can!, levantaron su manita y ¡zas!, dijeron que NO. ¡Qué bárbaro!, vaya labor de convencimiento. No es posible que López Obrador, juegue con la inteligencia de muchos mexicanos, quienes creen en él.
“OS DISCULPAIS Y ARRODILLAOS”
Otra ocurrencia más del presidente López Obrador, y muy delicada, fue la de enviar una carta al rey Felipe VI de Borbón de España, para que su país se disculpe públicamente por las atrocidades cometidas durante la conquista de los pueblos indígenas que concluyó el 13 de agosto de 1521; es decir, después de 498 años, los españoles -según AMLO- deberán disculparse y casi casi, arrodillarse ante los mexicanos; se rumora que su esposa Beatriz Gutiérrez Muller, tuvo mucho que ver en este asunto, ya que en su tesis doctoral fue sobre la Conquista de México.
De inicio, con esta carta, el tabasqueño violó nuestra Carta Magna debido a que el artículo 76 dice a la letra:
"Son facultades exclusivas del Senado:
Analizar la política exterior desarrollada por el Ejecutivo Federal con base en los informes anuales que el presidente de la República y el secretario del Despacho correspondiente rindan al Congreso."
Asimismo, la ridícula misiva ya desató una serie de problemas, el primero ya fue contestado por el gobierno español rechazando dar disculpas a nuestro país, que ya subieron de tono con respuestas cortantes y hasta majaderas por el provocador mensaje, -según- los españoles.
Una vez más el autoritarismo y las incongruencias de López Obrador le dan resultados negativos al provocar y desafiar a los españoles, además e levantar inconformidades en distintos sectores de nuestro país.
El inicio de la provocación fue el pasado 30 de enero cuando el presidente español asistió a Palacio Nacional, a invitación del jefe del Ejecutivo mexicano, quien le dijo a Pedro Sánchez, que España tendría que disculparse por los agravios, pero fue hasta el 24 de marzo cuando López Obrador hizo público su desafío que sinceramente da mucha pena.
Así pues, mientras López Obrador siga tomando las decisiones políticas, diplomáticas, sociales y económicas, sin consultar a nadie, los problemas crecerán y se agudizarán, no solamente en nuestro país, sino que trascenderán con las distintas naciones.
Recordemos ese viejo refrán: Quien siembra tormentas, cosecha tempestades.