Uno de los dolores más grandes para una madre, sin duda, es la pérdida de un hijo. Y qué rabia e impotencia cuando esta perdida es provocada por seres sin entrañas, sin alma, sin madre, y menos temor a la justicia. Ya no existe temor a nada, a una divinidad, a una justicia, no hay compasión, piedad, ya son actos fríos, inhumanos, que no responden a la clemencia.
Nuevamente a México le duele. Le duele la inseguridad, le duele la trágica historia del estudiante Norberto Ronquillo, de 22 años de edad. Y no es que no importen los demás casos que ocurren a diario en nuestro país, sino que su historia representa muchas más que se viven todos los días en nuestro México. La historia de Norberto nos recuerda que hoy muchas familias viven en la zozobra, en la angustia, miedo por no saber de algún integrante de su familia.
Norberto era estudiante de Mercadotecnia de la Universidad del Pedregal, el 4 de junio al salir de la escuela –a las 21:32hrs- llamó a su novia, que ya se iría a casa de sus tíos donde vivía, ya que sus padres radican en Chihuahua.
En el trayecto de la escuela a casa, ocurrió el secuestro; posteriormente, las primeras llamadas, exigían 5 millones de pesos por el rescate. Entre amenazas, gritos y ofensas, en las negociaciones con los secuestradores se acordó el pago de 500 mil pesos y alhajas, botín que se pagó, pues el primo de Norberto –Osvaldo- fue quien llevaría el rescate y esperaría a su primo, el dinero y las cosas de valor se entregaron, pero a Norerto no lo regresaron.
El auto de Norberto, se encontró, los policías no siguieron los protocolos, no resguardaron la unidad, lo que habla de la poca preparación muchos elementos policiacos.
Fueron horas eternas, en redes sociales se volvía viral; Nos falta Uno, Nos falta Norberto, marchas y muchas acciones más para dar con su paradero.
Su madre, con dolor, suplicó regresaran con vida a su hijo; sus compañeros de escuela, con quienes se graduaría, pedían su libertad; su novia, escribía en twiter: “Me duele el pecho de tanto amor y de tanta fe, aquí estamos fuertes para ti bby #NosFaltaNorberto #NosFaltaUno No quiero ni un día más sin ti amor, te amo”
Pero, la tarde del domingo su cuerpo fue encontrado, ya sin vida, en la zona boscosa de Xochimilco. Se presume que el mismo día del secuestro le quitaron la vida y aun así estos desalmados pidieron el rescate.
Este caso, abre heridas de quien ha pasado por la pérdida de un hijo a causa de un secuestro; este caso quita la paz a muchas familias, por el temor de vivir esta tragedia. Vivimos con miedo, imploramos no ser parte de las estadísticas, pero esto ya es tan común que es difícil vivir sin miedo.
Es momento de revisar penas a secuestradores, instaurar condenas más severas, protocolos de actuación de una emergencia porque, por la falta de profesionalismo y ética, muchas instancias no actúan en tiempo y forma, provocando la comisión de delitos.
El rector de la Universidad del Pedregal, Armando Martínez, denunció que las autoridades de la ciudad de México no actuaron oportunamente, después del aviso al 911, pues los ministeriales sólo pidieron se levantara la denuncia correspondiente.
Realmente es impotencia, dolor, coraje. No podemos permanecer estáticos, ya no más historias de dolor. ¿Cuántas muertes más se necesitan para actuar? México se sigue vistiendo de sangre y llenando de miedo a las buenas familias.
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