Queridos todos, después de una prolongada, ausencia generada por cuestiones de salud, estar de nuevo con ustedes es una de las razones que me hacen sonreír. Nos estaremos encontrando en este nuevo espacio los días miércoles y viernes para hablar de temas diversos, el que hoy nos reúne tiene que ver con la parte noble del ser humano: la Cultura.
Entender que la cultura ha sido definida en muchas ocasiones como un conjunto de conocimientos e ideas adquiridos gracias al desarrollo de las facultades intelectuales, mediante la lectura, el estudio y el trabajo. Aunque en un principio hacía referencia al latín, por la palabra cultus, de tal suerte que se relacionaba con el cultivo como tal del espíritu humano y de las facultades intelectuales del ser. Sin embargo al referirse a un concepto humano este ha ido mutando por su conducción viva, sin que por ello pierda de manera alguna su asociación con la civilización y el progreso.
Para muestra de la constante evolución de la conceptualización del término baste mencionar la lista de 164 conceptos sobre Cultura en la compilación realizada en el año de 1952 por Alfred Kroeber y Clyde Kluckhohn, lo cual pone de manifiesto la diversidad de conceptos que pueden generarse a partir de un término, que sin embargo resultan infinitos, es en esta imposibilidad de limitarlo que radica su grandeza.
La cultura puede ser comprendida como el gusto exquisito por las Bellas Artes y las humanidades, o como el conjunto de saberes de un grupo social, que permite a sus miembros mantener una comunicación y la resolución de necesidades de todo tipo, generando cordón entre sus miembros a partir del patrimonio, tradiciones y costumbres.
La creación de su término surgió en Europa entre los siglos XVIII y XIX, refiriéndose a un proceso de cultivación o mejora, similar a la agricultura. En el siglo XIX se modificó para referirse al mejoramiento y refinamiento de tipo individual. Es a partir del siglo XX se convirtió en un concepto central antropológico relacionado con el quehacer del hombre, refiriéndose a su elevada capacidad de representación y clasificación de experiencias a través de símbolos a partir de la imaginación y la creatividad.
La humanidad requiere de la cultura no sólo como una forma de dejar huella y trascender en la historia, sino como una forma de fortalecer al espíritu. No crea cultura como un deber social, sino como una necesidad especial, como una urgencia de manifestarse y compartirse con los otros, de ser visto, de ser eternizado y trascender de esta manera a las limitaciones de la vida misma.
El hombre crea la cultura porque puede y porque desea ser inmortal.
Ustedes, ¿qué opinan?
@PalomaCuevasR.