En el Estado Mexicano Laico (EML) las mujeres que nacen o que radican en la Ciudad de México (CDMX) son las únicas que cuentan con el servicio público de salud y con las leyes correspondientes para que, si debido a circunstancias personalísimas –íntimas y privadas-- e inescrutables tienen un embarazo no planeado o no intencional y no pretenden ser madres en tales condiciones, puedan optar por Interrumpir Legalmente el Embarazo (ILE) en alguna de las varias clínicas con las que cuenta la CDMX. El resto de ellas, por el simple hecho de haber nacido en otra entidad federativa, no cuentan en sus lugares de origen (o donde residen) con ese tipo de servicios para preservar su salud sexual y reproductiva. Si lo quieren, como sucede en el Estado de México, deben ir a la CDMX.
Las pocas, poquísimas que, estando embarazadas optan por la ILE, enfrentan un episodio existencial por demás sombrío e íntimo; generalmente nada hay de festivo ni de superficialidad en una decisión de ese calibre. Sobra decir, pero hay que anotarlo, que está cargado de temores, de pocas certezas pero no por ello colisionadas con dudas y con sufrimientos físicos y emocionales; en ocasiones, aderezadas con discrepancias con la pareja permanente, formal o transitoria y, sin lugar a dudas, teniendo en mente las ácidas y censurables reacciones tanto de la sacrosanta familia (y al qué dirán) como el impacto que podría tener en los estudios, cuando los cursan, o bien en su empleo.
A quienes abanderan como única causa la vida como máximo valor y como tesoro obsequiado por Dios. Tales grupos consideran que jamás debe ser trastocada la sacra existencia desde la concepción hasta la muerte “natural”. Son a quienes les encanta demonizar todo aquello que contravenga sus creencias mítico-religiosas. Poseen una tozuda incapacidad parea conectar con la situación que viven algunas personas de carne y hueso; quienes tienen su propia historia, sentimientos circunstancias, apremios, planes, carencias, deseos, sueños, planes y angustias. En lugar de ello, ondean su credo, hasta imponerlo como única y absoluta verdad; hasta ahora, en 31 entidades del mentiroso EML.
Hace varias semanas, a través del Sistema de Solicitudes de Información de la Ciudad de México, solicité a la Secretaría de Salud las variables que registran con respecto a cada persona que –de manera confidencial-- acude en busca del servicio de ILE. Dentro del lapso estipulado, dicha Secretaría me envío generosamente su respuesta, incluyendo los datos requeridos. Lo agradezco y lo valoro pues nos permite arrojar luz sobre una problemática poco conocida.
Con base en ello, junto con mi equipo de investigación, procesé aquello que me enviaron. Parte de estos resultados los acabo de presentar en el Primer Congreso Internacional sobre Derechos Humanos y Globalización, celebrado en la Universidad de Sevilla, España. A continuación, comento algunos de los hallazgos más sobresalientes.
Observe usted la gráfica superior, correspondiente a las poco más de 17 mil personas que durante el año 2018 optaron por la ILE en la CDMX. En promedio, tenían casi 26 años de edad. La mitad de ellas (50%) tenían 25 años o más. La cuarta parte de quienes acuden a la ILE tenían 21 años o menos.
Prácticamente ocho de cada diez casos escogieron la ILE entre la cuarta y la octava semana de gestación. Ello permite que la técnica empleada sea a base de medicamentos y no de procedimientos invasivos como las Aspiración Manual Intrauterina (AMI), combinada con fármacos.
Hay quienes piensan que con este tipo de medidas laicas asistimos a la antinatural negación para ser madres y que la extinción de la especie humana está a dos minutos de comenzar irremediablemente. Las cifras tiran por la borda tales creencias; cuatro de cada diez chicas que emplearon este servicio declararon no tener ningún hijo(a), es decir, las restantes (60 %) han sido madres una vez o más. Ya fueron progenitoras; no tienen condiciones para tener otro bebé ¿Quién les ayudará a darles comida, abrigo, educación, salud, cuidados y, más adelante, empleo? ¿La iglesia?¿El Partido Acción Nacional? ¿Pro-vida? ¿El Frente Nacional por la Familia? ¿El Estado Vaticano? Brillan por su ausencia.
Siete de cada diez casos que acudieron a este medida para no seguir embarazadas habían concluido la secundaria o los estudios de nivel medio superior. Si más de la mitad de ellas había cumplido 25 años de edad o más, se puede entender por qué, aunque 68 % de ellas declaró tener empleo, debido a sus condiciones contractuales, la mayoría no contaba con seguridad social y, por ende, carecía de acceso a los servicios de salud. Desde luego, tal situación pronto cambiará debido a que el periodo neoliberal ya es cosa del pasado.
Como se puede ver en el siguiente gráfico, la sociedad secular ha ganado terreno. A pesar de que siete de cada diez mujeres que decidieron la ILE expresaron que eran católicas, protestantes, evangélicas o bíblicas no evangélicas, se arreglaron con sus conciencias y circunstancias para hacer de la maternidad una elección y no una absurda imposición, pese a lo que dictan los dogmas religiosos en los que les tocó nacer.
Los recientes avances en materia de ILE en México, así como en otros países, tienen una gran deuda con el feminismo, con las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC) y con organismos multilaterales como la Organización de Naciones Unidas, Organización Mundial de la Salud y otros más. Por cierto, una parte se le debe al Partido de la Revolución Democrática (PRD), poco se le debe a los medios de comunicación en México y, por ahora, nada a las restantes 31 entidades del país.
Ha sido el feminismo, en sus oleadas más recientes y las vituperadas OSC, quienes han desempeñado un papel neurálgico para que sus congéneres ejerzan su libertad, continúen avanzando hacia la igualdad y para que se alejen, en parte, de los imperativos patriacales y machistas que dictan que, las mujeres, o son “naturalmente” madres, o son excluidas, marginadas, compadecidas cuando no, criminalizadas. A ver cuándo se suman las demás entidades de este país y se colocan en pleno siglo XXI, dentro de un Estado Laico al que alardean pertenecer ¿Será que en los congresos estatales donde predomina el partido Morena, por fin se avanzará hacia la ILE? O bien, optarán por no arriesgar en las urnas. Veremos qué sucede.
*Red Internacional Famecom