Moral e históricamente el caricaturista del diario La Jornada, Rafael Barajas “El Fisgón”, está obligado a dar una doble explicación pública sobre la acusación que hizo de que en 2017 durante la huelga legítima y genuina del Sindicato Independiente de Trabajadores de La Jornada (Sitrajor) hubo mano negra. O disculparse si le cabe un poco de congruencia. Pero además deberá explicar si esta vez, como lo publicaron varias notas periodísticas bajadas a las redes sociales, hubo o no mano negra en el nombramiento de una ex funcionaria de los gobiernos priistas de Arturo Montiel Rojas y Enrique Peña Nieto, como jefa de publicidad estatal en el diario La Jornada.
En julio de 2017, “muy preocupado” El Fisgón informó en un mitin: “Estalló una huelga en La Jornada. La situación es complicada: en primer lugar hay que leer este proceso en el contexto en el que se están dando las cosas en el país…”. Y añadió: “…La Jornada va a ser estratégica para 2018, cerrarla ¿a quién le conviene? Entonces yo se los dejo de tarea. Mi impresión es que esto… hay una mezcla rara entre sectores muy radicalizados… pero mi impresión es... lo lógico es pensar que aquí hay mano negra… se los dejo de tarea y no se dejen llevar por las lógicas de que es una empresa neoliberal porque eso no es cierto...”
En el video de ocho minutos con 12 segundos que da constancia del mitin donde el caricaturista morenista participó al lado de Paco Ignacio Taibo II, éste último añadió: “yo coincidió absolutamente con El Fisgón, hoy La Jornada es fundamental para ´errumbar´ la democracia en este país…”
El Diario Contrapeso Ciudadano publicó: “La Jornada suma a ex peñista para captar contratos de publicidad oficial”. Y en el contexto de la misma añade: “La especialista en publicidad y medios Norma Angélica Morales Ledesma se integró a la plantilla del diario La Jornada, su propósito será captar contratos de publicidad oficial de los gobiernos estatales” (¿priistas? ¡obvio!).
“Cabe destacar que Morales Ledesma estuvo a cargo de la publicidad durante las gubernaturas de Arturo Montiel y Enrique Peña Nieto en el estado de México, así que sabe cómo se manejan los contratos.” Cabe pues preguntar a El Fisgón y al mismo Paco Ignacio Taibo II ¿dónde estuvo en verdad la mano negra de la que se habló? ¿Quién ha puesto en riesgo la viabilidad de un diario que aún es rescatable si sus accionistas pasivos y consentidores despiertan con éste hecho y exigen cuentas a una dirección en franca decrepitud que no le sirve a la 4T con esos oportunismos? La purga contra sindicalistas continúa y en este mes se dieron nuevos despidos.
El presidente de la República Andrés Manuel López Obrador, seguramente ya tiene claridad de estos movimientos políticos o acuerdos de la dirección del diario con sus contactos priistas y panistas, pues su director de Comunicación Social, Jesús Ramírez, también fue trabajador de La Jornada, al igual que quien esto escribe. Soy también accionista preferente y cofundador, lo que me da el derecho a exigir una explicación.
Insisto que el mismo presidente de la República Andrés Manuel López Obrador tiene la obligación moral e histórica de ser promotor de un verdadero diario de izquierda, como ya lo había planteado el periodista, mi maestro y jefe, Miguel Angel Granados Chapa. Y además de una radio y tv, pues hay que ver el manejo sesgado, tendencioso y poco crítico que dieron los medios nacionales ante los acontecimientos de Sinaloa del jueves 17 del presente mes.
¡Extra! ¡Extra!
Y fueron las redes sociales las que salieron al paso en la defensa del presidente López Obrador, al igual que el portal Polemón que heredó el periodista, amigo y compañero entrañable del presidente López Obrador, Jaime Avilés, quien por cierto denunció a corruptos dentro del diario La Jornada, concretamente al jefe de edición Josexto Zaldúa. El apoyo fue unánime ante su decisión de no provocar una guerra sangrienta en Sinaloa y salvaguardar la vida de la población. Las voces que trataron de descalificarlo se quedaron empequeñecidas o en la nada. Fue una lección incluso moral hasta para los mismos narcodelincuentes, quienes seguramente están reflexionando sobre la grandeza de un hombre que trata de salvar a México, incluyendo a sus familias y próximas generaciones, de las garras de la corrupción, el crimen y la hipocrecía en la que hundieron al país el PRI y el PAN. Lo de Sinaloa demostró que AMLO no es cómplice de nadie y que no se anda con hipocrecías. Es un estratega, no un aventurero táctico que intenye lucirse con una guerrita efímera que llene más de sangre al país.
*Presidente de la ONG Franature