Lástima mucho enterarse constantemente por los medios de comunicación y las redes sociales, de los desmanes y abusos que protagonizan los pseudo estudiantes de la Escuela Normal Rural “Lázaro Cárdenas del Río” de Tenería, ubicada en el municipio de Tenancingo, Estado de México.
Sin embargo, lo más desorbitante de todo es el clima de impunidad en el que los secuestros, saqueos y demás atrocidades protagonizadas por estos vándalos, ocurren ante la inmovilidad, por no decir la indiferencia, del gobierno estatal.
Estas movilizaciones no son nuevas. En los últimos años el argumento de las mismas era rechazar la reforma educativa peñista; su exigencia era que al egresar de la formación normalista, se les garantizara una plaza laboral.
Sin embargo, con la llegada de Morena al poder, la reforma educativa de Peña Nieto fue desechada; entre los cambios, se activó el pase automático al concluir los estudios normalistas.
Entonces ¿Ahora cuál es su pleito? Simplemente quieren ganar prerrogativas inmerecidas, bajo el contubernio de su base docente y directiva.
Hasta cierto punto, la sociedad acepta como medidas manifestación las marchas o las aperturas de plumas en casetas de peaje, pero llegar al grado de secuestrar choferes de transporte público, saquear camiones con víveres e, incluso, provocar accidentes viales, es a todas luces romper el Estado de Derecho.
De acuerdo a cifras de la Cámara Nacional del Autotransporte de Pasaje y Turismo (CANAPAT), en lo que va del año suman 338 camiones secuestrados por los normalistas, casi uno por día. A pesar de que han interpuesto 49 denuncias penales por diversos delitos, ni una sola ha procedido para castigar a los responsables.
Esperemos que Alfredo Del Mazo no siga el ejemplo de López Obrador y negocie con criminales, como lo son varios de los alumnos de Tenería, pues el daño a la propiedad pública, privada, así como al libre tránsito, son cuantiosos.
En el supuesto, la autoridad debe ser garante del respeto a la ley, lo cual no está ocurriendo con este movimiento. ¿Cuál es el temor del gobierno mexiquense que no le permite poner un hasta aquí a esta lacerante situación?
No se trata de apagar el fuego con fuego sino de aplicar la ley. No es posible que ante esa tibieza para hacerlo, los que la paguen sean personas de bien que su único pecado fue cruzarse sin querer por el camino de estos vándalos.
Porque a bordo de los autobuses que secuestran, los normalistas siembran terror; en recientes días el objetivo son los comerciantes que transitan la autopista Lerma-Tenango, donde causan destrozos y saqueos sobre camiones refresqueros, de abarrotes y de particulares.
Para muestra, la semana pasada, a escasos 50 metros de la caseta del municipio de Chapultepec, provocaron la volcadura de una camioneta repartidora de pan, cuyo conductor resultó lesionado; pese a provocar el incidente, los teneríos no se detuvieron para auxiliar a la persona herida.
¿Cuándo veremos un hasta aquí?