"Busca el reino de Dios y su Justicia, y todo lo demás se te dará por añadidura"
Es asombroso como podemos ver pasar la vida y sentarnos sin hacer nada. Como si no fuéramos protagonistas únicos de ella. Luego, le echamos la culpa a todo el mundo, menos a lo que hemos pensado y hecho. Somos los verdaderos y únicos arquitectos de nuestro destino.
Dios no está en el cielo para culparlo de nuestras estupideces. Creo, y a la mejor usted está de acuerdo conmigo, que cada cual decide qué es lo que debe tener, y
así luchar para esto. Pero ocurre que es más fácil subir los ojos al cielo y preguntarle mil veces al todo poderoso, ¿por qué yo?.
Pero, y con apuros, le pedimos ayuda en los momentos más difíciles de nuestra existencia. Cuando nos va bien, cuando tenemos lo necesario, es cuando nadie-nadie se acuerda de él.
Pedimos amor por supuesto, por encima de cualquier otra cosa en esta tierra. Luego mucha, pero mucha paz. Salud indiscutiblemente. Dinero también. Pero que no nos dé demasiado como para olvidarnos de él, ni muy poco, como para andar renegando todo el tiempo. Suficiente y punto.
Dice la Biblia que tenemos que buscar el reino de Dios y su justicia, para que todo lo demás se nos de por añadidura. Y yo le creo. Así que enemigos, gente extraña y perversa que ha tenido ganas de acosar alguno de nuestros pasos, queda cancelada, en el nombre de Jesús. Ni se parará en nuestras vidas. Lo sé. Lo pienso y lo siento.
La gente que ha tenido envidia, lo único que puede darme es mucha risa. Tristeza y conmiseración. Pero también esa gente queda cancelada, en el nombre de Jesús.
Todo lo que esté por suceder, será en combinación con las leyes infinitas del universo, creadas por Dios y de inmenso valor para cada uno de nosotros. ¿Y cómo?, dirá usted. Pues para esto, Dios permitió que se creara en dos momentos de la historia del universo, un maravilloso libro que se llama La Biblia y en él usted puede encontrar todo lo que se le dé la gana.
Desde para la educación de sus hijos, de su esposo o esposa; hasta qué hacer en cualquier tiempo, cualquier circunstancia. Este libro tiene para todo la solución. Para saber qué hacer en cualquier percance.
Es un texto bien estricto y definido que se empezó a hacer hace más de cuatro mil quinientos años. Y lo último, o sea los testimonios de los cuatro evangelistas que acompañaron al hijo de Dios, a nuestro Señor Jesucristo, fueron hechos hace dos mil años. Y un poco menos.
Así testimonios, historias, y salmos; poemas y proverbios; profetas que están diciendo junto al Espíritu Santo de Dios, lo que ha pasado en este mundo judaico-cristiano, nos han tenido entretenidos para poder empezar todos los días de nuevo, con un mensaje de paz.
Así, comenzar de nuevo es nuestra proeza de todos los días. Volver a empezar y tratar de hace las cosas lo mejor que podamos. Porque mientras estemos vivos, tenemos un sentido: un sol de esperanza. Alguien a quien esperar...
Encontré que aunque sea usted el más importante de todos los hombres de la tierra, si no tiene a Dios consigo, no vale un solo comino. Porque es nuestro creador, porque nos ha dado la posibilidad de vivir cada momento, porque estoy aquí, para contarle que en mi vida ha hecho milagros.
Milagros, al fin y al cabo. Llenos de luz, llenos de promesas por venir. Llenos de paz. ¿Agradecérselo? Todos los días. En cada momento. Sin dejar de pensar que estoy aquí viva porque a él se le ha dado la gana escogerme. No yo a él.
Le invito a que tome la Biblia que tenga en su casa, que la abra y que oiga quedito y muy alto lo que le está diciendo Dios a través de esta. No es un libro de adivinaciones. Es un libro de propuestas de vida y de promesas. Y entre otras, está la de ser feliz usted y su familia. Porque si usted cree en él, usted y su familia serán salvos. Esa es palabra de Dios.