Rosario Robles está presa en el penal de Santa Martha Acatitla, víctima de un proceso a todas luces arbitrario, conducido por un juez a modo, y que la toman como chivo expiatorio de un sexenio señalado por el actual régimen como corrupto, cuando en realidad se trata de una vendetta de antiguos adversarios.
Rosario está muy delgada, afectada de salud, en pie de lucha, ocupándose de su defensa con la actitud guerrera que la caracteriza, con entereza y dignidad. Padece feminicidio político como lo mencionara su abogado Julio Hernández. Está en la cárcel, privada de su libertad, con frío en el cuerpo y muy probablemente en el alma, cierta que no se le probó que pudiera huir, con base en pruebas apócrifas como una licencia falsa, razón que se dio para encarcelarla como medida cautelar. Ella ha dado la cara desde el principio, de ello han pasado cuatro meses.
Las familias se preparan para pasar la Navidad juntos. Rosario podría seguir presa, señalada y olvidada por muchos que en el pasado reciente le rendían pleitesía y la llenaban de regalos y halagos, mismos que hoy no quieren que les vinculen con ella y que no están en la cárcel cuando se menciona a otros sin dar nombres ni apellidos.
La ex secretaria de SEDESOL y SEDATU, convertida en el “trofeo de la lucha contra la corrupción” del actual régimen, como ella misma lo expresara en una carta dirigida a la magistrada Cristina Porras, en la cual apeló nuevamente la medida cautelar impuesta por el juez Felipe Delgadillo Padierna, el pasado jueves 12 de diciembre.
En una audiencia en la que el MP faltó al respeto a la sala y a la ex secretaria, ella tuvo la oportunidad de expresar su postura en un documento escrito por ella misma que cimbra y exhibe un proceso viciado, en el que señaló que “en dos gobiernos anteriores se puso en marcha una gran Reforma que transformó los pilares del Estado Mexicano: el sistema penal”.
El 24 de diciembre, fecha de familia, de esperanza y luz, Rosario Robles debiera estar con su hija y sus hermanos. Libre, enfrentando su proceso. Hoy se decide. Legalidad es lo que manda.
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@MargaJimenez4