Todo inicia en casa, y lo que ya está fuera de ella, requiere medidas urgentes de la sociedad y de los tres niveles de gobierno o terminaremos muy mal.
Dicen que si un niño vive con tolerancia, aprende a ser paciente.
Si vive con elogios, aprende a apreciar.
Si vive con aprobación, aprende a quererse a sí mismo.
Si vive con aceptación, aprende a encontrar amor en el mundo.
Si vive compartiendo, aprende a ser generoso.
Si vive con honestidad y equidad, aprende que es la verdad y la justicia, aprende a tener fe en sí mismos y quienes lo rodean.
Si vive con serenidad, aprenden a tener paz espiritual.
Pero la realidad que hoy vivimos nos demuestra que viven con agresiones, sin temor de la justicia del hombre y menos divina.
Los adultos de hoy, se perdieron ayer. Tenemos adultos intolerantes que son capaces de arrebatar vidas.
Urge realmente una reeducación de los agresores, los agresores se están multiplicando. Las mujeres están alzando la voz, se están empoderando, pero de nada sirve si su vida corre peligro, si no hay garantías que estarán a salvo, que existe un Estado de derecho que las respaldará y que sus agresores serán tratados para que dejen de serlo.
Otra vez nos estremecimos con una nueva historia, porque siguen en aumento los feminicidios a manos de exparejas.
Una triste realidad, dónde el matar es una práctica ya muy común, y hasta la solución a los problemas.
La profesora de danza Sonia Pérez Rodea, apareció sin vida al interior del Teatro Universitario “Los Jaguares” en Toluca.
Su ex pareja, Edgar Rafael, bailarín también, se entregó a las autoridades y aceptó haberla asfixiado con sus propias manos.
En la primera audiencia llevada a cabo en los Juzgados de Control y Juicios Orales en Almoloya de Juárez, Edgar Rafael dijo que el 9 de diciembre de este año estuvo en el mismo lugar que su exesposa en un convivio del trabajo donde ella estuvo con otro hombre, lo que le causó una gran furia y celos.
Más tarde, en el Teatro Universitario “Los Jaguares”, se encontrarían, pues darían una función. Alrededor de las 18.00 hrs se encontraron en los camerinos, donde él -narró en su declaración- intentó reconciliarse con ella, pero la tomó del cuello hasta asfixiarla. Edgar Rafael la llevó hasta los baños y cerró con seguro, para más tarde regresar y verificar si aún tenía vida, pero ya no pudo ingresar a los baños, ya que estaba un guardia de seguridad.
Sonia hoy es una más, es un feminicidio.
No existe prevención y no estamos haciendo nada para procurar una buena estabilidad mental.
Estamos en una realidad que nadie quiere ver, la salud mental de la sociedad no es buena y requiere atención urgente, así como medidas para reeducar a los agresores, porque de lo contrario esta historia continuará repitiéndose.
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