No hay mucho más que decir de un México que se sacude y vive en la constante zozobra. Un país dolido desde hace décadas por el ejercicio público de malos gobiernos.
El PRI no es opción para corregir errores; pero tampoco veo que el PAN –que ya encabezó la actividad pública de un México engañado y olvidado– pueda enderezar el rumbo y destino. Y ante ese panorama, un Andrés Manuel López Obrador que quiere dar un giro pero sin certeza hacia dónde va y lleno de ocurrencias que poco podrían aportar para que podamos vivir el sueño mexicano.
No hay hacia dónde ir con políticos mentirosos y corruptos, que quieren el poder a costa de lo que sea y para acumular riqueza. Riqueza que esta nación ha dado a manos llenas a un puñado de vividores y estafadores que nada bueno le han dado y menos ofrecido a un territorio que ha sido invadido en su historia y saqueado en su memoria.
Vienen tiempos electorales que en nada nos entusiasman porque pasamos de un sexenio a otro en igual o peor circunstancia; nada cambia para mejorar las condiciones del pueblo pero sí para llenar los bolsillos de los ladrones que se hacen pasar por gobernantes.
Todos queremos y necesitamos condiciones diferentes para que no regresemos al México bárbaro. Por el bien de esta dolida nación, será el único camino llevarlo a mejores estadios. Ojalá así sea.