“El hombre filosófico tiene el presentimiento de que bajo esta realidad en la que vivimos y somos yace una segunda realidad muy distinta, es decir, que ella es una apariencia”. F. Nietzsche
La biometría (del griego bios vida y metron medida) es la serie de medidas que componen a los seres vivos y que sirve para el reconocimiento de las personas, está basado en los datos obtenidos de los patrones faciales, las huellas dactilares, la retina del iris, las venas de las manos o reconocimiento de la voz, existen además otras características externas como los trazos de la firma o la forma de caminar; por ejemplo, se sabe que en la guerra del Golfo Pérsico, los soldados y francotiradores estadounidenses, se apoyaron en la información biométrica, además de la estatura y el peso mediante una cámara de largo alcance, la sombra que emanaba el enemigo dependiendo la hora del día y la mecánica de su caminado, así como su huella en la superficie del desierto, para la captura de sus enemigos o realizar un disparo.
Pero esta inquietud por la perfección anatómica biométrica ha acompañado al hombre desde hace ya mucho tiempo; recordemos a los espartanos, que al ser un pueblo dedicado a la guerra, cuando nacía un varón era escudriñado y si tenía algún defecto físico que le impidiera el único propósito de ser guerrero, era sacrificado, esta misma idea llevó a los nazis, a buscar mediante medidas y genética al hombre perfecto o mejor dicho al soldado perfecto, en el arte, la obra cumbre a la perfección anatómica biométrica es el David de Miguel Ángel, al cual se le han hecho diferentes estudios y solo tiene dos defectos, uno en la espalda, un relieve muscular que va al omóplato, a lo que el artista refiere, que la pieza de mármol en la que fue creado era de mala calidad y que incluso había sido rechazada por otros artistas; sin embargo, esto no impidió que esta obra de más de cinco metros y cinco toneladas alcanzara la perfección, fue tal la inspiración del autor que no hizo modelos en yeso como era la costumbre, aparece entonces el segundo defecto, cuando Miguel Ángel concluyó su obra se acercó para observarlo detenidamente, tomó el marro y le golpeó la rodilla derecha, gritándole “¡ahora tienes un defecto, eres humano, vive!” y así lo manda al mundo, con el hermoso mensaje de que también tus defectos te vuelven único.
La complejidad de esta serie de herramientas biométricas, radica en las muy diversas formas en las que está siendo utilizada; por ejemplo el uso de celulares, vehículos y cuentas bancarias mediante un desbloqueo dactilar, los elementos de seguridad de algunas licencias para automóviles que utilizan la huella ocular, la localización y clasificación de fotos de algunas aplicaciones en redes sociales como Facebook que te informa de las coincidencias con cierta persona solicitada, o su uso para algo más serio como la localización de personas desaparecidas o reconocimiento de cadáveres. Es decir, la biométrica se ha ido transformado y vuelto parte de nuestra vida cotidiana, pero para cada positivo existe un negativo y esta herramienta también es utilizada para el control de la sociedad mediante la información que se recaba, así como lo refiere el teórico francés Michael Foucault “la tecnología se encuentra al servicio del poder” (para una mejor referencia puede verse el “panel óptico” esta cárcel que revoluciono el ejercicio del poder disciplinario) ya que detrás de esta tecnología habrá una o varias personas decidiendo mediante sus valores o juicios personales, sobre su uso que en muchos casos violenta Derechos Humanos, debido a la injerencia en la vida privada, la invasión de la personalidad e intimidad de las personas.
En este sentido, la tecnología biométrica se aplica dentro de una aporía que el Derecho no ha podido resolver, ya que dependerá del juicio de valor de cada jurista, mientras que para algunos como el teórico italiano Luigi Ferrajoli el Derecho debe partir del aspecto individual como una canasta de frutas, en donde si alguno de sus elementos se daña, acabará dañando a los demás, por eso la importancia de las garantías individuales, los Derechos Humanos y los Derechos Fundamentales, en donde es importante cada uno de los individuos que compone la sociedad por encima de esta misma, pero por otro lado existen quienes piensan lo contrario, como es el caso de Manuel Atienza teórico español, quien parte de la idea de que el Derecho debe darle prioridad al aspecto social como si fuese un efecto cascada, asegurando que si la sociedad se encuentra “bien” beneficiara por ende a los individuos que la componen, y da prioridad al aspecto de la seguridad, entonces se deberá sacrificar el aspecto individual en beneficio de la mayoría, como se aprecia es difícil decidirse de forma absoluta en esta divergencia.
Por otra parte, la biométrica ha mostrado grados importantes de fiabilidad, por ejemplo se sabe que con maquillaje aplicado de forma asimétrica en un rostro, al no encontrarse puntos de referencia, puede burlarse un programa de reconocimiento facial, o algunos estampados especiales de camisetas puede engañar a las cámaras de seguridad, confundiendo a la persona con parte del mobiliario del lugar, quizá el aspecto más preocupante es el mal uso de los datos biométricos por parte de la delincuencia, ya que existen por ejemplo programas para el robo de huellas dactilares y todo lo que esto conlleve.
Así que el tema biométrico se ha ido perfeccionando, naturalizando y empleando tanto en pro como en contra de una sociedad moderna; habrá que analizar con el tiempo si son mayores los beneficios o los perjuicios que aporta esta herramienta.
* Coordinador del Posgrado de Derecho de la UNAM, FES Acatlán.