“México no empieza ni termina en un sexenio. Lo que se avanza en un periodo presidencial es mérito colectivo. Lo que se retrocede casi debe atribuirse a la responsabilidad de quien ejerce la primera magistratura de la nación”. CSG. México, un paso difícil a la modernidad.
Si recuerdan, en la quinta entrega de la saga de Harry Potter, cuando el mundo mágico se pasó negando el retorno del señor oscuro, alentados por un ministro de magia que alegaba que era una treta para arrebatarle el poder por parte del profesor Dumbledore, los hechos de que este último decía la verdad eran cada vez más fuertes y ciertos sectores que en su momento refutaban su versión ahora estaban dispuestos a escucharlo y ponían en tela de juicio la información oficial proporcionada por el Ministerio de Magia mediante su diario El Profeta.
Cuando el señor tenebroso decide atacar el ministerio y es visto por los aurores, magos que combatían las fuerzas oscuras, y el propio Ministro de Magia, que se pasó diciendo que era una campaña en su contra, la ya débil credibilidad en él cayó de manera abrupta. La comunidad mágica quería un líder fuerte, que se comprometiera no solo con palabras a hacer frente a esta nueva amenaza a su seguridad e integridad, muchos, incluso, querían que Dumbledore (Más anciano que el propio ministro) tomara las riendas del ya debilitado ministerio de magia, pero no fue así.
En su lugar, el puesto de ministro fue ocupado por un auror curtido, fuerte y que inspiraba respeto y seguridad en un entorno de incertidumbre y temor, Rufus Scrimgeour. El nuevo ministro implementó medidas de seguridad y protección para la comunidad mágica y no mágica; quiso entablar diálogo con Dumbledore para el bien del colegio y el antiguo ministro Fudge fue relegado a “consejero”, aunque fungía más como mensajero y vocero...
En fin, después de ver el (intento de) plan de rescate emergente, no es muy descabellado pensar que requerimos con urgencia un Scrimgeour o, mejor aún, un Dumbledore... hoy nos damos cuenta de que el plan es que no hay plan.
El pasado domingo México perdió dos horas, una en el cambio de horario y la otra escuchando el informe de gobierno del Presidente, donde además presentaría un plan de acción y rescate económico ante esta crisis de inactividad provocada por la inmovilidad social.
El Presidente salió a decir que solo habrá lo mismo, que no hay apoyo a empresarios, que quizá solo a los pequeños negocios y, hasta eso, poco y a crédito, porque no se vaya a endeudar el contador neoliberal que tenemos como Jefe de Estado.
Pero eso sí, sus obras, sin pies ni cabeza, siguen mermando recursos públicos que se están yendo a fondo perdido. Y otros 65 mil millones de pesos que tendrá PEMEX para seguir perdiendo, porque es una empresa que ya no es funcional.
Habló de utilizar el Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios, por supuesto, para eso se creó, no para alentar programas clientelares en un año fiscal, como se hizo con la mitad de estos recursos en 2019; y los recursos de los fideicomisos, eso fue un asalto al pueblo de México de una intensidad inimaginable por que tendrá discrecionalidad para usarlo.
En una medida que creo que la Corte calificará de inconstitucional, al eliminar los aguinaldos de subdirectores hacia arriba y bajar sueldos de altos funcionarios; si no han llovido los amparos es porque no hay tribunales, no porque no haya la intención de iniciarlos.
México necesita para reactivar la economía entregar recursos por persona, no por familia, ya que desconocemos cuantas personas integran una familia; eso lo están haciendo grandes países y no solo con sus recursos, con deuda. Apoyar a los empresarios, sobre todo a los que se dedican a actividades no esenciales con esquemas de retraso de pago de impuestos, si siguen de necios al no condonarlos, no solo al SAT, las cuotas del IMSS y del INFONAVIT también, por que les recuerdo que no están teniendo flujo de efectivo al no haber ventas.
Me pregunto ¿dónde está el hombre que se convirtió en Presidente y como oposición siempre tenía la solución a todos los problemas del país (incluyendo frente a la Influenza H1N1)?, ese que supo venderse al pueblo y sabio y que ganó con 33 millones de votos; ese que inició su administración con cerca de 90% de aprobación y que hoy está en menos de la mitad. Ese hombre orgulloso y soberbio que ante un problema gigante se quedó chiquito.
Por cierto: El Presidente tenía razón cuando expresó que “el pueblo salvaría al pueblo”, porque por él y su gobierno no hay un apoyo sólido ni un fondo que permita hacer frente a esta debacle económica; por un simple hecho no estaba en la agenda de la 4T. Prueba de esto es el reconocimiento a la banca por el otorgamiento de prórrogas en el pago de créditos y el agradecimiento a los empresarios de actividades no esenciales, que han acatado la suspensión, manteniendo, sin embargo, empleos, sueldos y prestaciones de los trabajadores, pero de apoyo, nada.
Y para variar: México demuestra su subdesarrollo, y el de su sociedad, sobre todo, de dos formas muy marcadas en esta pandemia: la primera, al ser, según Google Maps, el país latinoamericano que más caso omiso ha hecho a guardar la cuarentena y quedarse en casa y, el segundo punto, de mayor preocupación, es el trato tan soez que le están dando al personal de salud en muchas partes del país, a estos héroes sin capa y que son los que están atendiendo a la sociedad que ha enfermado en esta pandemia y la sociedad les niega servicios por temor a ser contagiados; les avientan huevos, los bañan en cloro o los golpean y les rompen los huesos. Ojalá que los inhumanos que lo hacen no se enfermen y sus familiares tampoco y, si lo hacen, que no les nieguen el servicio.
** Fe de erratas: En el título anterior pusimos a Miguel Herrera como Secretario de Hacienda, cuando debió haber sido Arturo Herrera, que fue ya corregido.
* Economista por la UNAM, académico, columnista y articulista. Enlace Administrativo de la Coordinación del Programa de Posgrado en Derecho. Miembro de la Red Nacional de Jóvenes Investigadores del SIJ de la UNAM.