Frecuentemente el pueblo mexicano es presa fácil del Fake News, y esto se debe a que por lo regular elige pocos medios para informarse, que normalmente coinciden con su forma de pensar, sin tomarse el tiempo, aunque sea por mera curiosidad, para revisar otras fuentes que se contrapongan a lo que acepta como cierto. Existen actualmente muchas opciones para comparar material informativo, de darse esa oportunidad, tendrían la posibilidad de formarse una opinión, con criterio propio.
Al no hacerlo, cae en el error de aceptar como verdaderas muchas de las miles de las historias que corren como reguero de pólvora por doquier, lo grave, es que gran parte de ellas tienen la intención de mal informar, desorientar o distraer, aunque, también pueden llevar a una psicosis colectiva con diversas consecuencias, sin advertir muchas veces, el peligro que puede causar al replicarlas. Ejemplos existen muchos, pero hay los que son tan extraordinarias que una simple reflexión debería desecharlas de antemano, lo sorprendente es que no es así, por eso, historias como el “chupacabras”, “el jinete sin cabeza”, “la llorona”, entre muchas, muchas otras, forman ya parte del folclor mexicano.
Ahora bien, la desinformación por mucho tiempo ha sido el medio de control que ha utilizado el gobierno desde épocas inmemorables, aprovechándose de la ignorancia para conseguirlo.
El gobierno actual, no es ninguna excepción a la regla, es más, ésta condición la ha utilizado de forma tan frecuente que se ha convertido en su modus operandi. Desde campaña, el actual presidente Andrés Manuel Lopez Obrador, señaló infinidad de errores o supuestos errores sobre la actuación de sus predecesores, alterando, manipulando y exagerando la información.
Por lo que no tuvo empacho en apoyar su campaña mediática en el pobre desempeño económico, así como de los pocos resultados en seguridad, educación, con una errática política exterior, sólo por citar algunos ejemplos, ya que eran duramente criticados por quien decía que “con todo respeto, con ellos estaríamos mejor”, y hacía creer con tal aseveración, que hablaba un experto, al menos, fue la idea que vendió.
Pero, al llegar al poder, esos mismos reclamos que hacía el entonces opositor, adquieren hoy más vigencia que nunca, sólo que ahora la manipulación diaria de la información la maneja el tabasqueño, y cuando le es adversa, la presume como conspiración en su contra, …” no nos quieren y desean que nuestro movimiento fracase”.
La paranoia domina al presidente, misma que transmite a la gente que le cree cuando les dice desde su púlpito privilegiado, que todo es obra de sus adversarios, “los conservas”, y puede darse el lujo de incluir hasta a famosos en esa confabulación en su contra, a quienes acusa de recibir un pago para atacarlo, claro, sin probarlo.
Durante el tiempo que lleva López Obrador en el gobierno, se la ha pasado acusando de sus nulos resultados al frente de la administración federal a los gobiernos del pasado, la gente le cree, porque se pone como mártir, convenientemente, no obstante, sus actos dicen todo lo contrario.
AMLO ha sido incapaz de hacer las cosas bien, simple y sencillamente porque no sabe hacerlas, y todo lo tergiversa, cambiando la realidad a una percepción utópica.
La desinformación del pueblo, renuente a dudar por lo menos de lo que se les dice, permite que la mentira sea parte del discurso diario.
El púlpito presidencial materialmente se ha convertido en una fábrica de Fake News, le han sido contadas casi 18 mil mentiras a López Obrador por la empresa “SPIN”, de acuerdo a Ricardo Alemán, en lo que va del sexenio.
La adjudicación directa, que es el procedimiento que se realiza sin puesta en concurrencia y por ende, sin que exista competencia, adjudicándose el contrato a un proveedor que ha sido preseleccionado, ha sido utilizada en exceso por el gobierno lopezobradorista, cuando eso mismo, el entonces opositor lo señalaba acusando obscuros y tramposos manejos. Eso debería poner en alerta a los mexicanos, pero con el pretexto de la urgencia, lo que antes se veía mal, hoy se acepta sin reclamo alguno.
López Obrador sabe que tiene a su favor la desinformación del pueblo bueno y sabio, alimentada en gran medida desde “las benditas redes sociales”, con cuentas aparentemente ligadas al gobierno, lo que deja a Jesús Ramirez, vocero de presidencia, con muchas preguntas qué responder.
Según señaló en su momento López, el desabasto de medicamentos y combustibles que se dieron el año pasado, fueron culpa de los anteriores gobiernos, dejando de lado deliberadamente que se dejaron de comprar cuando materialmente ya fungía como presidente, antes de protestar al cargo, en el tiempo que Peña Nieto terminó siendo un florero en presidencia.
Lo que hace recordar al enemigo que persiguió por mucho tiempo, “la mafia del poder”, esa mafia que furiosamente atacaba López Obrador, es la maquinaria que mueve a Morena, la que ahora se funde con los cuadros morenistas, resultando una especie de Frankenstein, en donde conviven ex priistas, ex panistas, ex perredistas, entre otros, muchos de ellos con un sospechoso pasado, pero su imagen queda limpia cuando pasan por el arco sanitizador de la 4T.
Por otro lado, la manipulación de la información de la pandemia del COVID-19, exhibe a un gobierno sin previsión, por su falta de visión, de decisión y de dirección, es increíble, pero la posición que ha tomado respecto de la enfermedad, ha sido temeraria, y aún insiste que es culpa del pasado, cuando la llegada del virus los sorprendió con los dedos en la puerta, por el cambio del Seguro Popular al Insabi.
Cuando renunció Germán Martínez Cázares como Director General del Seguro Social, señaló una serie de anomalías en recortes y control presupuestal dirigidos desde la Secretaría de Hacienda, y en muchas de sus actividades el Instituto materialmente quedó en los puros huesos, por lo que prefirió presentar su renuncia para no ser parte de esa irresponsabilidad. Lo mismo sucedió con Carlos Urzua, ex Secretario de Hacienda, al presentar su renuncia acusó que se hubieran tomado decisiones de política pública sin el suficiente sustento, ambos ex funcionarios fueron tratados como traidores.
Es la constante, se acusa, pero nunca se prueba, no es necesario, el de Macuspana obtiene lo que persigue, que la gente siga creyéndole, y ésta, en su gran mayoría, no se da el tiempo para dudar, o para investigar, o por lo menos para leer en otro lado que no sea únicamente en los canales o medios oficiales.
Cuando el mandatario salió a decir que la crisis sanitaria la había manejado responsablemente como nadie, gran parte de la ciudadanía empezó a dudar de él, porque mucho antes que diera la orden de guardarse en sus casas, los gobernados ya lo habían hecho, adelantándose a la indicación, porque empiezan a descubrir las mentiras.
En medio de todo, la preocupación se presenta por la situación económica que vendrá después, el presidente anunció, como es su costumbre, con bombo y platillo, un millón de créditos de 25 mil pesos a la palabra y a pagarse en 3 años. La condición, según señaló Zoé Robledo actual director del IMSS, es que las empresas interesadas en el crédito tienen que cumplir con ciertos requisitos, entre ellos; no haber despedido a ningún trabajador, estar al corriente del pago de impuestos. La pregunta podría ser, ¿qué va a suceder con el comercio informal?, aunque ese crédito en realidad es insuficiente.
El manejo de la información, desde la fabrica más grande del fake, puede llenar de mentiras y engaños a la sociedad, pero, todo tiene tiempo de caducidad, y ese momento está empezando a llegar, aunque todos los días se utilice para defender esas mentiras.
La más reciente, es el show armado entre Javier Alatorre de TV Azteca, con el subsecretario Hugo López-Gatell, cuando su credibilidad empezaba a caer por el manejo de las cifras de contagios y muertes que ha arrojado el coronavirus, al ser confrontadas por algunos gobernadores, al final, le resultó el circo, salió fortalecido el subsecretario y Javier sólo fue utilizado por Ricardo Salinas Pliego, ¿el ganador?, López Obrador, hasta el momento.