En el reciente desfile del Día de Muertos se vieron espectros y calaveras. Marcharon las catrinas y las huesudas. Se vió a Pepe Meade alzando los pies, muy bien peinadito al marchar, le siguió Miguel Ángel, derechito y seriecito al voltear, después se vió un copete volar con Aurelio pendiendo de él, volteando a los lados a la espera de aplausos y algo más, Ivonne Ortega a empujones y muy guapa entra por la libre a desequilibrar, del lado de enfrente un peje lagarto envejecido y muy feliz porque no lo alcanzan y luego hasta atrás Ricardo Anaya que corría a más dar y Margaret Zavala de morado y a la moda con su rebocito, desencajada como El Bronco, Pedro Ferriz, Armando Ríos Piter y otros independientes jalándose los cabellos porque la App del INE no funciona para las firmas.
Espectros notables, famosos encuestadores como Rodrigo Galván, Roy Campos, Paco Abundis y demás calacas que los acompañaron con sus guirnaldas de cempasúchil, quienes pronostican final de fotografía a los huesudos candidatos y qué decir de los estrategas nacionales e internacionales que ya se disponen a diseñar la imagen y la estrategia de redes sociales de sus candidatos calaveras a fin de comunicarse con sus posibles electores que ya no creen en aparecidos ni en milagros, menos en promesas de calacas.
En el callejón del muerto cuentan que sólo uno, muy amiguito de todos, vamos el simpatías es el que quedará vivo de entre todos los agonizantes aspirantes, a quienes personajes horrendos como la corrupción toda enjoyada, la mismísima impunidad llena de velos y otros de la valla acarician, pero los candis les pelan los dientes a quienes les guiñan el ojo, les sonríen y no les tiran un lazo.
Se reservan y piden a quienes vigilan, correrlas, sacarlas, no tienen cabida: fuera, fuera, gritan. ¿Será? -me pregunto- ¿O serán los difuntitos que nos bajaron a jugar una broma macabra?
@MargaJimenez4
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