Es más que claro que es el presidente Andrés Manuel López Obrador el principal activista de Morena, los resultados de las elecciones del 2018 así lo evidenciaron.
En el Proceso Electoral Federal 2017-2018, que contempló la celebración de las elecciones federales de México que se llevaron a cabo el domingo primero de julio de 2018, se renovaron cargos de elección popular a nivel federal, como el de Presidente de la República, 128 senadores y 500 diputados federales.
El Instituto Nacional Electoral (INE) se encargó de la organización constitucional del desarrollo de las elecciones federales, cuyo proceso se declaró formalmente iniciado el 8 de septiembre de 2017, el cuál fue calificado como el más grande de la historia del país por el número de cargos en disputa, y porque de la misma forma, se celebraron elecciones locales en 30 de los 32 Estados de la República.
Bien, como en el año 2000, Vicente Fox Quesada, candidato del PAN a la Presidencia, se perfilaba para derrotar al PRI, pocos imaginaban el resultado que obtendría el partido blanquiazul, literalmente arrolló en gran parte del territorio nacional.
De la misma forma, los mercados financieros nacionales y extranjeros, principalmente estadounidenses, reaccionaron de buena forma con el triunfo de Fox Quesada, quien ocuparía el cargo más importante de la Nación después de 71 años de hegemonía priista, a este fenómeno se le identificó como el efecto Fox.
En esos comicios del 2000 se puede decir que ganó el país. La reacción extranjera fue muy favorable, pues se descubría un país confiable y estable por las reformas económicas, y el avance democrático, lo que garantizaba un fortalecimiento a la inversión productiva.
Con el triunfo de la coalición Alianza por el Cambio, integrada por el PAN y el Partido Verde Ecologista de México, con Fox a la cabeza, gran parte del territorio se pintó de azul, los ciudadanos habían decidido a través de su voto el nuevo panorama político del país.
Los especialistas dieron su versión para explicar el resultado del triunfo abrumador del candidato del PAN, desde luego, cada quién desde su particular punto de vista. Lo que no puede entrar en discusión, es que Fox fue ganando terreno en la conquista de la voluntad del pueblo por su particular estilo, aparecía imponente al lado del candidato del PRI, Francisco Labastida Ochoa.
Como consecuencia, no fueron pocos los candidatos que sólo se dejaron llevar por la corriente foxista, sin mayor trabajo, la personalidad de su candidato presidencial los llevaba a cuestas sin problema alguno, por lo que, materialmente, sin despeinarse y posiblemente sin esperarlo, ganaron muchas posiciones.
De forma muy similar sucedió en las elecciones del 2018. El candidato de Juntos Haremos Historia, integrado por Morena, PT y el Partido Encuentro Social, Andrés Manuel López Obrador, barrió con los votos, al ganar con el 53.19%, desdibujando a sus más cercanos competidores, de Por México al Frente, integrado por el PAN, PRD, y Movimiento Ciudadano, con 22.27%, Ricardo Anaya Cortés, al que le siguió el candidato Todos por México, integrado por el PRI, PVEM y Nueva Alianza, José Antonio Meade Kuribreña con el 16.40% de la votación, y al final el independiente Jaime Rodriguez Calderon (El Bronco), con el 5.23%.
Por lo que de nueva cuenta, el mapa político del país cambiaba de color, y como en aquél año 2000, fueron varios los candidatos que su único logro fue subirse al barco que capitaneaba López Obrador, así, sin mayor esfuerzo o capacidad que hubiesen tenido que demostrar.
Una de las formas de hacer proselitismo y que llamó fuertemente la atención, fue el hecho de que la imagen de López Obrador aparecía por todos lados, no únicamente en los tabloides y promoción propia de su imagen como candidato a la Presidencia, sino acompañando a cada uno de los candidatos de Morena.
Con lo que el primer activista de Morena les hacía la tarea a todos los demás, aunque de la misma forma se beneficiaba con esa sobre exposición, a final de cuentas fue lo terminó por impactar al electorado para aplastar a sus oponentes. Ese fue precisamente el objetivo, ya que incluso, quien posaba al lado del tabasqueño puede haber sido un perfecto desconocido, pero el propósito le funcionó.
Ahora, nos encontramos a poco más de un año para la celebración de los comicios del 2021. Es en el mes de septiembre que se estima el arranque del proceso electoral, aunque existe una iniciativa de ley que presentó la diputada Karina Labastida que busca un ajuste de fechas para el siguiente año.
Independientemente de ello, es el 6 de junio del 2021 cuando se renovará las Cámara de Diputados, además habrá elecciones locales; en 15 entidades federativas se definirá gobernador.
Para el partido en el poder, el resultado del proceso es de suma importancia para consolidar su proyecto de nación, mientras tanto, los partidos de oposición buscarán recuperar espacios tras la derrota sufrida en el 2018, con lo que buscaran conseguir una diversificación que les permita contener las iniciativas morenistas.
Pues bien, el más interesado en el proceso electoral es AMLO, por lo que está empeñado en acomodar las condiciones para que le sean favorables a su propósito, entre ellas; ha intentado debilitar al INE, ahora, pretende acomodar en un solo costal a los adversarios, lo que le facilitaría la contienda. Pero bien sabe el tabasqueño que él es el activo más importante de Morena, y hará lo que sea necesario para promoverse y continuar presente en el ánimo del pueblo.
La aparición diaria de López Obrador le ayuda mucho, por eso su insistencia de adelantar la revocación del mandato en la misma fecha de las elecciones del 2021, o en su defecto, en la fecha del natalicio de Benito Juárez, aunque ya fue señalada para el 2022. Pero su intención es clara, seguir apareciendo por todos lados y arrastrar con su imagen a sus candidatos.
La oposición al partido en el poder no la tiene nada fácil, además de buscar la forma de reagruparse, presentar a sus mejores cuadros, buscar alianzas y coaliciones, tienen enfrente un problema principal ¿Cómo contener a López Obrador?
El presidente ha sido renuente en abandonar lo que llama sus conferencias matutinas, lo que desde luego le da una gran ventaja, y conociendo las formas del tabasqueño, ya encontrará la manera de salirse con la suya. Habrá que ver cómo resuelven esto sus adversarios.
