Con el propósito de marcar distancias y gobernar sin la presión de los grupos políticos existentes, el gobernador Alfredo Del Mazo González creó una nueva dinastía con cuadros nuevos, alejados del Grupo Atlacomulco, del Grupo Zumpango, o del Grupo Toluca, que hasta entonces habían gobernado al Estado de México, y se apoyó en un grupo de políticos de municipios del área conurbada con la Ciudad de México, al que le dieron por nombre Grupo Valle de México.
Ese grupo estuvo formado inicialmente por liberales integrados a la Gran Logia del Valle de México, de donde tomaron el nombre, que además los identificaba geográficamente.
Personajes como Mario Ruiz de Chavez, Voltaire Orozco, Alfonso Reyes Olvera, Arturo Álvarez Márquez, Juan Manuel Pérez, Manuel Yáñez Velázquez, Francisco Lozada Chávez, Juan Manuel Tovar Estrada, Agustín Leñero Bores, Sergio Mancilla Guzmán, Humberto Mejía Ramírez, Francisco Valencia García, Josué Valdés y Juan Alvarado Jaco, entre otros muchos, fueron el soporte en municipios como Naucalpan, Cuautitlán, Cuautitlán Izcalli, Atizapán de Zaragoza, Ecatepec, Coacalco, Tultitlán, Neza.
Pronto, envalentonados al ver que ellos dominaban en ese momento el espectro político mexiquense, decidieron empujar la creación del Estado de Anahuác, para separar los municipios del Valle de México del resto de la entidad. Esa ambición no prosperó porque el propio Del Mazo González les impuso un freno, porque tuvo presiones de los ex gobernadores, todavía poderosos, Carlos Hank González y Jorge Jiménez Cantú; prefirió dejar las cosas como estaban.
En otros momentos se han levantado voces queriendo separar al Estado de México nuevamente, pero no han avanzado, son como buscapiés que se avientan para ver qué encuentran y pero no han tenido eco.
En el caso de los municipios, hay zonas que durante años mantuvieron diferencias con las cabeceras municipales, como es el caso de Luvianos y Tonanitla, que terminaron emancipándose de Tejupilco y Jaltenco, respectivamente. Valle de Chalco surge por un capricho de Carlos Salinas de Gortari y San José del Rincón para disminuir la carga de San Felipe del Progreso, uno de los municipios más extensos y pobres.
Durante años, Colorines, San Francisco Tlalcilalcalpan, la Zona Norte de Nezahualcóyotl y la Zona Oriente de Tlalnepantla han querido separarse de Valle de Bravo, Almoloya de Juárez, Neza y Tlalnepantla.
En Ecatepec nunca hubo expresiones separatistas, pese al tamaño demográfico del municipio, el más poblado de América Latina con casi tres millones de habitantes y, sin embargo, es esa demarcación la que llamó la atención del senador Higinio Martínez Miranda para buscar la creación de un nuevo municipio, el 126 que podría denominarse Ciudad Azteca.
A diferencia de lo que ocurrió cuando un puñado de políticos querían aprovecharse de la supuesta “novatez” del gobernador Alfredo Del Mazo González para separar al Estado de México, en este caso se justifica plenamente la división de Ecatepec porque, como lo señaló en su momento el senador Martínez Miranda es política, administrativa y financieramente complicado seguir gobernando este municipio con la estructura que hoy tiene.
Lo curioso es que esta división quizá no afectaría a los pueblos originarios de Ecatepec, con la sola excepción de San Isidro que podría quedar en el nuevo municipio, junto a Ciudad Azteca, Las Américas, Jardines de Morelos, Valle de Aragón, Tercera Sección, Valle de los Baez y Los Sagitarios, que son los enclaves más grandes y que se ubican al lado oriente del municipio. Solamente la Zona Quinta del Ex Vaso de Texcoco tiene más de 800 mil habitantes.
Claro que todos los cambios generan resistencias y a eso se debe que el propio presidente municipal en funciones y miembro también de morena, Fernando Vilchis Contreras, así como el diputado Gabriel Gutiérrez Cureño, han expresado abiertamente su oposición a ese proyecto, al que se han sumado dirigentes del PRI, PAN, PRD y Movimiento Ciudadano.
En teoría, antes de que termine el año podría quedar finiquitada esta propuesta, aunque para llevarla a la práctica se requerirá de un intenso cabildeo de Higinio Martínez y del diputado Maurilio Hernández, no sólo con los grupos de partidos opositores, sino entre sus propios compañeros de legislatura y de partido. Se prevé que el nuevo municipio entre en funciones a partir de 2022.
Quizá para que pase la propuesta se debería considerar analizarla y no sea aprobada a menos de un año del proceso electoral. Eso genera suspicacias.
