La ilusión de todo joven en edad laboral, desde el seno de la tradicional familia de clase trabajadora de los años 60 o 70 del siglo pasado, era adquirir su hoja rosa y ser afiliado al Instituto Mexicano del Seguro Social(IMSS), además de poder cumplir la meta de un año de labores para no ser despedido o liquidado y lograr así una trayectoria laboral, buenas prestaciones, pero sobre todo la garantía de una jubilación con toda la seguridad social a la que todo ciudadano digno tendría en un país de honestos y de primer mundo.
No ha sido así en las últimas décadas, pues a partir de que se creó el esquema del outsorcing o la subcontratación laboral todo ello se acabó, pero también con esa práctica se mataron las ilusiones de la nueva generación de aspirar, mediante sus años de esfuerzo y sudor, a tener un futuro no sólo para ellos sino también para sus familias y las futuras generaciones.
Así lo impusieron los dictadores neoliberales con traje de demócratas que nos gobernaron durante los últimos sexenios y que con sus iniciativas desde el Ejecutivo federal y sus aprobaciones en el Congreso de la Unión desgraciaron el futuro de las nuevas generaciones de trabajadores.
Sin embargo, como reza la máxima, no hay mal que dure cien años ni enfermo que lo aguante.
Y ahora se busca hacer justicia histórica a favor de los trabajadores con la posible eliminación de outsorcing que está promoviendo el mismo presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, quien considera que una reforma para eliminarlo “tiene como fin que no se vuelva a burlar la ley”.
Durante una conferencia matutina el presidente López Obrador, al referirse a los empresarios que contratan outsorcing y los que son responsables, consideró que "hay otros que en el sentido estricto ni siquiera son empresarios, son coyotes, traficantes de influencias que abusan de estos mecanismos de contratación de trabajadores, y se afecta a trabajadores".
Resumió que la evasión fiscal de las empresas que acuden a ese mecanismo es de 21 mil millones de pesos.
Con la eliminación del citado esquema de contratación, ganan los trabajadores y gana también la hacienda pública pues permitirá dar más certeza a las nuevas generaciones y los evasores tendrán que cumplir con las obligaciones que muchos mexicanos cumplimos: pagar impuestos.
*Presidente de la ONG Franature
