La soberbia, la arrogancia, los malos resultados, los pleitos con los medios de comunicación por su prepotencia, con los empresarios, el desprecio y racismo hacia los distintos sectores de migrantes de varios continentes que ingresaron a su país que mantuvo durante cuatro como presidente, fueron letales para la caída de Donald Trump en la elección de Estados Unidos celebrada el martes pasado, que perdió ante el candidato demócrata Joe Biden y lo dejaron fuera de la reelección.
Joe Biden obtuvo más de 75 millones de sufragios logrando una victoria histórica de los demócratas tolerantes, los poseedores de valores, del progreso social, de las sociedades abiertas y del respeto a las minorías.
El ganador de la elección presidencial dijo en su primer discurso : “es tiempo de curar las heridas”, prometió reconstruir la espina dorsal de los Estados Unidos de Norteamérica, agregó que “el mundo entero nos mira”.
Por supuesto que el marrullero de Donald Trump no ha reconocido el triunfo de Joe Biden, al expresar que hubo fraude en la votación sin tener comprobación alguna al respecto. ¿Quién se la pasó durante más de una década y media declarando y acusando trilladamente fraude en las elecciones presidenciales?
El triunfo de Biden frena de tajo el paso al populismo nefasto que frena el crecimiento económico y social de los países del orbe, -como el que está aplicando equivocadamente Andrés Manuel López Obrador en nuestro vapuleado México.
Para no variar el tabasqueño, dijo que no declaraba vencedor al demócrata Biden porque aún no ha sido proclamado ganador de la contienda histórica estadunidense (¿?). Fiel a sus costumbres, el mandatario mexicano lleva la contra de todo, solamente lo que él dice es la verdad y además se tiene que respetar. ¡Ver para creer!
Mientras tanto Kamala Harris, la primera mujer de color nombrada fiscal de San Francisco, quien posteriormente fue designada también la primera Fiscal General en California, también será la primera dama de color, vicepresidenta del país más poderoso del planeta. Kamala dijo que “se abre un nuevo día para América”.
El populismo de Trump se va de la Casa Blanca y regresa la moderación, el respeto a las instituciones democráticas (situación que no prevalece en México con López Obrador quien las ha vulnerado y despedazado), retorna el diálogo y el multilateralismo en el ámbito internacional, que había sido vulnerado por el todavía presidente republicano.
Biden ofrecerá otros desafíos, diferentes diálogos y seguramente mejores oportunidades que deberá saber interpretar el tabasqueño, López Obrador tendrá que cambiar su manera ríspida de hablar, tendrá que aprender a dialogar y ser hábil.
Trump y López Obrador son muy similares en su forma de actuar y gobernar, son agresivos con todos los sectores sociales y grupos empresariales a los que ofenden, les gusta dividir y confrontar a los ciudadanos, situación que les ha acarreado severos problemas y distanciamientos, sus liderazgos se han disminuido considerablemente.
A todos los medios de comunicación los llaman adversarios y fustigan diciéndoles “prensa vendida”, Trump y López Obrador les gusta que los loen, que los adulen, López Obrador, siembra reporteros en sus nefastas “conferencias de prensa” para que le aplaudan como focas sus ocurrencias, le hacen preguntas para que se luzca y haga pedazos a su enemigo.
El arribo de Joe Biden a la Casa Blanca tendrá una gran variedad de asuntos y temas en su agenda para ambas naciones como el medio ambiente, los derechos humanos, la migración. Es por ello que López Obrador y su equipo (aunque no le hace caso), tendrán que empatar, escuchar, dialogar, para darles una solución benéfica y recuperar el tiempo perdido que hubo con Donald Trump.
El nuevo Tratado de Libre Comercio T-Mec dará otro giro también en materia laboral, que Trump apretó demasiado al gobierno mexicano y al que siempre le daban la razón.
De igual Manera Trump y López Obrador, se equivocaron de estrategia para combatir al coronavirus que ha dejado centenas de miles de muertos para ambos países en cifras reales y no las que manejan “oficialmente”.
Así pues, le viene a México un cambio de políticas, de relaciones bilaterales que serán de tejido fino, de conciliación, de acuerdos mutuos, Biden está preparado para llevarlas a cabo, no como la política de golpe y porrazo, que profesa y practica Donald Trump, al igual que López Obrador, el tabasqueño deberá aprovecharla al máximo, nos conviene, seremos testigos del comportamiento del inquilino de Palacio Nacional.