Asistí a escuelas públicas. Tuve magníficos profesores, entre ellos, el de Civismo. Me enseñaron que México era una República soberana, democrática y federal, con tres poderes autónomos: El Legislativo, El Ejecutivo y El Judicial, lo que quedaba asentado en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos que rige la vida nacional. La historia de México nos recuerda de dónde venimos y a dónde vamos.
Más adelante, aprendimos que “Sufragio efectivo, no reelección” eran los principios por los que se luchó en la Revolución Mexicana, como reacción histórica a la reiterada reelección de Porfirio Díaz y la injusticia que vivían las clases más desprotegidas.
Años después, un grupo de jóvenes universitarios preguntarían al abogado y destacado maestro Don Horacio Labastida cuál era el Proyecto de País para México, a lo que el maestro contestó –no me digan que no saben cuál es-. -El Proyecto de País es la Constitución-.
Si todo esto es así, los poderes Legislativo y Judicial no tendrían que estar sometidos a la voluntad presidencial como ocurre hoy.
Algo huele mal cuando el Senado propone la ampliación a dos años más el periodo constitucional de Arturo Zaldívar como Presidente de la Suprema Corte de Justicia y del Consejo de la Judicatura, a fin de hacer coincidir su término con el de la presidencia de AMLO, y así poder realizar las reformas al Poder Judicial por él planeadas. Para ello, el Senado hace llegar con toda celeridad la modificación a la Cámara de Diputados para que esta se pronuncie, mientras el país vive una de las etapas más críticas y convulsas.
Hoy, la integración de la Cámara de Diputados es de 500, y de ellos, 256 son de Morena, que con sus partidos satélites suman 334; por su parte, el Senado cuenta con 60 legisladores de 124, más sus partidos aliados, lo que hace un total de 76. Así, sólo falta que la reelección estratégica de algunos diputados morenistas garantice la mayoría absoluta para hacer las reformas constitucionales a modo de la 4T. Listo.
¿Cuál será en adelante el Proyecto de País que se enseñará a los estudiantes? ¿Qué otro periodo se ampliará en el futuro sin que nadie le cambie una sola coma?
Este no es el país en el que me eduqué, en el que crecí, por el que he luchado desde diferentes trincheras. Me lo han robado.