Veintiséis muertos más setenta heridos de los cuales, cincuenta y dos siguen hospitalizados por el infausto accidente de la Línea 12 del Metro, entre Tezonco y Olivos gritan a las autoridades: negligencia, indiferencia, incapacidad, ineptitud, corrupción ¿Por qué no lo previeron?
La hora en que ocurrió -10:22 pm- viajaban en el vagón accidentado, gente buena que regresaba a sus hogares después de su jornada de trabajo; casi todos ellos jóvenes que iban a su casa a cenar quizá, a descansar y a cobijarse con los suyos, ciertos que llegarían.
En los funerales estuvieron presentes: madres, esposas, hermanos, hijos, amigos, llorando las absurdas pérdidas ocurridas en el trágico accidente, lo que podía haberse evitado, ya que del deterioro de la Línea se venían haciendo reportes tiempo atrás, los que no se atendieron y convirtieron la tragedia en la crónica macabra de una negligencia criminal, expresión del desinterés por resolver el problema del elevado subsidio que se requiere, así como de los recursos necesarios para el mantenimiento del sistema de transporte.
Al insistirse sobre la corrupción de gobiernos anteriores, todas las mañanas, la corrupción manifiesta que se advirtió en la construcción y operación de la Línea 12, ésta se convirtió en un boomerang, de acuerdo a las mediciones de opinión que se vienen observando en la caída de popularidad de AMLO y de Morena.
Y si para ser, hay que parecer, como diría el clásico, no hemos visto a una autoridad que dé respuesta pronta, sensible, con soluciones; tampoco a una Cámara de Diputados que exija explicaciones a la autoridad responsable y sí, en cambio, se vio a usuarios solos en medio de su dolor y circunstancia, lo que favoreció que estos vacíos se llenaran con hipótesis, memes y videos que mostraron una fotografía del México de hoy en el que la narrativa que se utiliza en la burbuja mañanera no coincide con la crisis cotidiana que viven los mexicanos.
La falta de acción de la autoridad comunica que lo único que le importa al Presidente es distraer o crear cortinas de humo sobre la tragedia, a fin de llegar a las elecciones del 6 de junio con los menores daños posibles. La comunicación falla y el control de daños, también.