Articulista invitado... La Democracia Emocional: 2018, ¿Elección Presidencial de razones o de emociones?

DigitalMex - Periodismo Confiable

Publicado en Opinión

Articulista invitado... La Democracia Emocional: 2018, ¿Elección Presidencial de razones o de emociones?

Jueves, 07 Diciembre 2017 00:06 Escrito por 

Un peligroso fantasma político recorre el mundo y ha llegado a México: la Democracia Emocional. En 2018 seguramente la toma de decisión para la elección presidencial será mucho más compleja para el votante debido a la multiplicidad de partidos y candidatos independientes, así como a la diversidad de posibles coaliciones electorales. Ni se diga de las innumerables ofertas sobre los distintos temas de interés que incluyen en sus proyectos y que para decidirse racionalmente tendrían que evaluar.

Por eso, opinan algunos politólogos y asesores electorales que la campaña presidencial de 2018 va a ser más de emociones que de razones. De hecho, estiman que una buena parte se decide desde el principio sin pensarlo mucho (voto emocional duro de los partidos) y una tercera parte de los que van a votar son indecisos que toman su decisión por impulso en los días previos o el mismísimo día de la elección. Son pocos los que analizan racionalmente su preferencia.

Es más, los expertos piensan que concretamente va a decidirse la mayoría del electorado por un pasajero impulso, que puede oscilar entre el Odio o el Miedo respecto a los Partidos, dicen unos, y la Aceptación o el Rechazo personal a uno u otro candidato o candidata, afirman otros. 

Sin embargo, esta elección puede ser algo diferente en algunos aspectos. Lo más notable es que, por ejemplo, el candidato del PRI es un externo, cosa insólita. El candidato López Obrador competirá por tercera vez y por primera vez con su nuevo partido MORENA, también inusitado. Por primera vez, habrá algunos candidatos independientes, algo extraordinario. Todo en medio de un gran cambio mediático digital y generacional de millones de jóvenes que no obedecen ya tanto a los antiguos mecanismos de propaganda electoral que determinaban el voto de sus analógicos padres.

La disputa electoral en México es cada vez menos ideológica. Desde la caída de la Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas y el tránsito de Rusia, China y Cuba al capitalismo se desvaneció la oposición Izquierda vs. Derecha. Los absurdos juegos nucleares de la comunista Corea del Norte han acabado con las pocas simpatías que le quedaban al ineficaz socialismo en el mundo

En México, de hecho la ¨Izquierda¨, si puede llamarse todavía así, se ha dividido y una parte busca paradójicamente aliarse electoralmente en un posible Frente con la Derecha Panista que a su vez se ha separado, al menos por el momento, al renunciar Margarita Zavala al PAN y buscar competir como Independiente por la candidatura presidencial. 

El PRI no se acaba, pero corre el riesgo de empezar a desmoronarse si no le funciona esta singular tentativa de lanzar un externo como candidato presidencial. Desde la elección pasada el PRI sabe que no puede ganar por sí solo la Presidencia de la República. Los aliados circunstanciales, como los bárbaros a Roma, le exigen cada vez más prerrogativas y prebendas por su apoyo. La tecnocracia, adueñada del Gobierno, ha desplazado a muchos de los antiguos apoyos del PRI y su política económica neoliberal le ha enajenado en alguna medida a las bases de sus principales sectores, campesinos, obreros y clases medias, aunque los gerontocráticos líderes vitoreen al externo como candidato amigo.

Está por verse si el candidato del PRI puede lograr la unidad del partido y conjurar la adhesión de todos sus militantes, además de atraer un número suficiente de votos simpatizantes y útiles para obtener la victoria en 2018 y conservar la Presidencia. Pero de todas maneras está tan fragmentado el voto que difícilmente lograría obtener mayoría en el Congreso. Lo mismo si gana alguien de la oposición, muy probablemente tampoco tendría un Congreso a su favor. Y repetir un Pacto por México exitoso se ve my difícil, gane quien gane.

El régimen Presidencialista, para bien o para mal, agota su legitimidad día con día. La voraz Partidocracia prefiere aumentar sus rentas y privilegios aunque el sistema se estanque y no ha querido hacer la transición a una verdadera democracia parlamentaria. Se están viendo las consecuencias. 

La contienda final efectivamente debería ser sobre las ideas de los candidatos para lograr un México mejor pero para ello se requiere superar la Democracia Emocional que padecemos. Sólo podremos hacerlo dejando atrás el conflicto entre razón y emoción, la división entre la fría razón estatal y el rencor sentimental del ciudadano. Se puede hacer si se abandona tanto la arrogante razón burocrática bloqueadora del progreso como el miedo civil paralizante de iniciativas. 

Esas desviaciones de la razón cínica y las reacciones emocionales que provocan solamente conducen a una constante indignación ciudadana por el deterioro de la comunidad en que vive y que sólo tiene ocasión de desahogar civilizadamente cada seis años en las urnas electorales. 

Tenemos algunos meses para escuchar los debates, pensar y decidir lo mejor para el país y no sólo para algún partido. 

Visto 2334 veces
Valora este artículo
(18 votos)
Javier Ortiz de Montellano

Articulista invitado