Cuando una de las nuestras nos falta, buscamos, levantamos la voz para ser escuchadas con la esperanza de que quien falta regrese a casa con bien, regrese sana y salva.
La familia de Ana Yeni García Rodríguez vivió un calvario, vivió la zozobra de una búsqueda que no tuvo un final feliz.
Su esposo, padres e hijos ya no sabían que más hacer para dar con ella, la fe los mantenía en la búsqueda y buscaban cualquier medio para hacerse escuchar.
Ana Yeni tenía 37 años y se extravió en el municipio de Temoaya el pasado 27 de marzo de este año, sus familiares y amigos agotaron todos los medios para dar con su paradero, instancias oficiales, medios de comunicación, redes sociales, carteles y hasta marchas.
Lamentablemente, Ana Yeni desde el día que la reportaron desaparecida, ese mismo día fue atropellada y perdió la vida. En el SEMEFO dicen las autoridades que nadie la reclamó, situación que también llamó mucho la atención, pero fue a dar a la fosa común, pese a existir un acta levantada sobre su desaparición.
¿En este caso quién no hizo bien su trabajo? Desde el día 1 la familia hubiera sabido que Ana Yeni había perdido la vida al ser atropellada y se hubieran ahorrado una larga búsqueda.
Hoy los familiares, solo reclaman su cuerpo, quieren darle sepultura y tener un sitio donde honrarla.
Fueron más de dos meses de anhelar volverla a ver, de volverse a encontrar con su esposo e hijos, ese día no llegó, pero fue una muy larga agonía que vivió la familia por una lamentable omisión.
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