El ejercicio de escuchar a la ciudadanía, en cualquier modalidad, nunca será sencillo. Siempre habrá inquietudes, dudas, inconformidades, sugerencias y -naturalmente- reclamos. Incluso, cuando se trata de “abrir el micrófono” para escuchar propuestas, el ejercicio de diálogo y discusión puede ser agotador, pero siempre, siempre será enriquecedor.
En 1993, durante la campaña por la gubernatura del Estado de México, Emilio Chuayffet Chemor -entonces candidato por el Partido Revolucionario Institucional- realizaba encuentros vecinales en las diferentes regiones de la entidad. Cara a cara, en el domicilio de algún vecino, se reunía un grupo de colonos para exponer los problemas que les aquejaban en el lugar donde vivían.
Los encuentros -que pudimos atestiguar con Diana Mancilla, ahora directora de @DigitalMexPC, y otras y otros compañeros periodistas- no eran fáciles. Naturalmente los organizadores cuidaban los detalles para evitar “incomodidad” al “señor candidato” (como suele ocurrir en la política), pero siempre había quienes se animaban y expresaban reclamos y quejas, y el tiempo programado se extendía más allá de lo previsto, a pesar de que generalmente se hacían al cierre de los recorridos y los eventos de campaña.
Sin embargo, Chuayffet no tenía problema en dialogar en esas circunstancias y era muy claro en exponer lo que sí podía realizarse y lo que definitivamente no se podría resolver como esperaban las personas. Fiel a su personalidad, “el candidato” exponía con claridad y firmeza sus argumentos, pero escuchaba, ponía atención y en varias ocasiones los planteamientos que escuchaba le ayudaban a redefinir sus mensajes de campaña.
Y así ocurre generalmente: cuando se está en busca del voto: se acercan, dialogan, escuchan y “atienden” los planteamientos de la gente. El problema es cuando no hay respuestas confiables y reales a los problemas, ya estando en la responsabilidad pública.
Por ello, cobra relevancia el ejercicio inédito que impulsó la LX Legislatura del Estado de México, en coordinación con los poderes Judicial y Ejecutivo, para realizar el primer Parlamento Abierto organizado en nueve comisiones: Democracia y Régimen Político; Derechos Humanos, sus Garantías y Protección; Igualdad Sustancial, Diversidad y Política de Género; Desarrollo Económico; Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología; Seguridad y Justicia; Derechos de los Pueblos Indígenas; Desarrollo Urbano, Rural, Medio Ambiente y Sustentabilidad; y Finanzas, Transparencia y Anticorrupción.
Inicialmente, se planteó que las sesiones de cada comisión durarían “máximo” tres horas, pero hay comisiones que recibieron más de 50 propuestas (algunas ya en formato de iniciativas de ley) y el tiempo se ha extendido más allá de lo previsto.
En total se recibieron más de 230 propuestas de ciudadanas y ciudadanos mexiquenses que desean cambios en el marco normativo de la entidad, empezando por la Constitución Política local. Algunas han sido muy sencillas y otras más polémicas y han provocado discusiones interesantes.
Los resultados de ese trabajo, coordinador por el Secretariado Técnico para el Análisis y Estudio de la Reforma Constitucional y el Marco Legal de la entidad (Sectec), se conocerán el próximo viernes 16 de julio. Habrá que reconocer a quienes integran el Sectec y -de manera especial- a las y los jóvenes universitarios, designados como responsables de la operación técnica y el apoyo a las comisiones. Ha sido mucho trabajo, pero lo están haciendo con total profesionalismo.
Lo que ocurra con los resultados dependerá de la voluntad política de quienes ahora están en la Legislatura, pero -sobre todo- de quienes estarán en la LXI Legislatura. Porque más allá de las visiones partidistas que puedan tener, es innegable que el Estado de México ha sentado un precedente en la manera de hacer política y -si lo saben aprovechar- podría ayudar a que el Poder Legislativo mejore la percepción pública que tiene ante la sociedad.
El qué y el cómo del Parlamento ya lo está atendiendo la ciudadanía, ahora falta saber el para qué del Parlamento Abierto.
PERCEPCIÓN
La Secretaría de Salud federal ya reconoció que los contagios por COVID-19 están aumentando, porque el proceso de vacunación no puede ser más amplio y rápido. La tercera ola finalmente llegó. De cada uno de nosotros dependerá reducir el impacto.