Siete candidatas asesinadas en el proceso electoral. Siete gobernadoras en México: Campeche, Tlaxcala, Colima, Chihuahua, Guerrero, Baja California, Ciudad de México. Cuarenta y ocho millones de mexicanas decidieron el color político de este país. Es decir, 52 por ciento son mujeres votando. Si vemos los números parece que nosotras decidimos quién y cómo va a gobernar, lo cual está muy alejado de la realidad. Los asesinatos de candidatas, las agresiones verbales, secuestros y atentados nos dan otro resultado.
¿Tiene oportunidad, una mujer, de ser presidenta en este país? De nuevo los números, tenemos 32 estados y sólo 7 serán dirigidos por mujeres. La famosa paridad de género cumplió al pie de la letra la cuota: siete. Fue en 1953 cuando la lucha por lograr el voto comenzó y ahora, 68 años después, sólo lo que el Tribunal Electoral pidió, que por lo menos hubiera siete candidatas en la gubernatura.
La ley está vestida de patriarcado, se simula que las mujeres son el “pilar”, pero sólo son votos, fuerza, empuje para llegar a una curul, alcaldía o gubernatura. Son parte del programa para recalcar que se lucha por y para las mujeres ¿pero es así?
Jorge Hank Rhon no dudó en decir, en pleno 2021, que las mujeres estaban perdiendo inteligencia.
Se dice que nuestro país tiene una de las mejores legislaciones de paridad y de lucha contra la violencia, pero no se aplica, en ningún aspecto. Las mujeres son violentadas y las candidatas, a cualquier cargo, tienden a ser menospreciadas o insultadas por intentar ocupar el espacio de un candidato hombre.
Es tanto, el miedo del patriarcado por perder el poder que han cometido actos verdaderamente cínicos y denigrantes. El primero es postular a una mujer y después de que ella gana la elección es sustituida.
En Oaxaca, algunos hombres que no pudieron contender, se postularon como mujeres muxes o trans, para apelar a la cuota que establece el Tribunal Electoral. Lo mismo ocurrió en Tlaxcala.
El sistema político está en crisis. No sólo se tiene que revisar y aplicar la legislación para lograr una verdadera democracia electoral y dejar de presumir que se logran puestos para las mujeres, cuando no es así.
Además, se está cayendo en una práctica que muestra a la población política en estado de desesperación ¿por qué tanto artista, deportista e influencer en la boleta? ¿Sólo los “likes” generan votos?
Considero que la legislación debe tener candados al respecto, límites para los candidatos y los partidos que exijan pre-pa-ra-ción. Un candidato o candidata debe saber sobre gestión gubernamental; debe tener estudios que avalen su candidatura. Pareciera que a nadie le importa hacia dónde va este país.
Nuestra política todavía está en pañales, aún vemos militantes golpeándose con palos, candidatas asesinadas en un estrado, quema de boletas, amenazas de secuestro, intimidación, miedo al narco.
Votamos, es cierto, es un logro. Pero ¿por quién votamos? ¿Para qué votamos? ¿Somos un 52 por ciento en las urnas y sólo tenemos siete representantes? No sé ustedes, pero aquí veo una lucha que se tiene que fraguar ya. Se debe aplicar la paridad, no pretender que se va a respetar.
Celebremos las siete, pero necesitamos 11 gobernadoras más para que se equilibre la balanza. Requerimos más alcaldías y por qué no, la presidencia. Si somos las únicas que, en las regiones más peligrosas, aceptamos las sindicaturas, por qué los hombres tienen miedo, ¿por qué el camino a los cargos públicos están llenos de espinas e insultos?
Noemí Muñoz Cantú
Directora de la Revista Ganando Espacios
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