Distintos gobiernos municipales de la era neoliberal se jactaron de que Coacalco ocupaba uno de los primeros lugares a nivel mundial por su calidad de vida. Sin embargo esas mismas administraciones se encargaron de arrinconarlo en los últimos lugares.
La corrupción, negligencia y el desdén a las necesidades prioritarias de la población, como es la higiene social, que al final se deriva en el hogar, como lo ha demostrado la actual pandemia, hicieron que Coacalco bajara a un nivel vergonzoso en materia ambiental.
Esos gobiernos neoliberales corruptos hicieron retroceder la historia más de 500 años, a la edad media. Pues en esa era la higiene social era deprimente ya que todo el mundo arrojaba por la ventana o la puerta sus orines y excremento a la vía pública. No había drenaje y las calles eran arroyos de inmundicia.
Coacalco regresó a esa patética época gracias a las podridas administraciones que se deslumbraron por el dinero y los cargos públicos “honorables” y no por servir con humildad.
Entonces los habitantes han visto durante décadas como la deficiente red de drenaje, incluso en meses de sequía, muestra coladeras o bocas de tormenta drenando aguas residuales al aire libre.
Y cuando es tiempo de lluvias cientos de coladeras son botadas de su base por la fuerza del agua inundando y contaminando avenidas, personas y llantas de autos que la llevan a sus hogares con el riesgo sanitario que eso implica.
Nunca se promovió una cultura de la posesión responsable de mascotas y las avenidas, parques, banquetas, camellones y áreas verdes están saturadas de excremento de perros y gatos, ni se aplicó el bando municipal.
Uno de los ejemplos más recientes fue el 6 de septiembre con el desbordamiento de las barrancas en la parte urbana que tienen su origen en la reserva ecológica Sierra de Guadalupe.
La tromba rebasó todas las expectativas pese a que durante los dos primeros años de gobierno del alcalde Darwin Eslava se les dio mantenimiento y se logró que en ese bienio no se desbordaran. Sin embargo, el día seis todo cambió
Décadas de descuido, corrupción y negligencia convirtieron a las barrancas, reducidas en su cauce, en un riesgo no sólo sanitario sino de inseguridad para la vida de las personas al ser algunas arrastradas por la corriente.
A Darwin Eslava
Esa herencia dejaron los gobiernos corruptos al actual alcalde Darwin Eslava quien se hizo presente en los lugares afectados para ayudar a damnificados y supervisar trabajos de saneamiento de barrancas como nuca se había hecho.
También, el alcalde Darwin solicitó la ayuda del gobierno de Alfredo Del Mazo para que le facilitara maquinaria y personal para desazolvar y dragar las barrancas, una de las más importantes bajadas de Sierra de Guadalupe, como nunca se había hecho.
Darwin Eslava planteó en la misma barranca Los Acuales a los vecinos que no sólo se limpiarían y dragarían sino que también las aguas residuales de las barrancas se encauzarán al drenaje en beneficio de miles de habitantes, como nunca se había hecho.
Esa acción fuera de serie del alcalde de Coacalco, le valió no sólo aplausos de los vecinos afectados sino un reconocimiento de la principal asociación civil ambientalista de la región, Franature Mahatma Gandhi, en el mismo palacio municipal, quienes dijeron: “es un momento histórico que no podemos dejar pasar porque ningún antecesor había mostrado tal sensibilidad”.
¡Extra! ¡Extra!
Y no se debe bajar la guardia, pues en octubre podría entrar el huracán más violento de la temporada y las aguas volver a hacer estragos.
*Presidente de la ONG Franature