Hablar de libros es hablar de la historia de la humanidad, de una narración-descriptiva de nuestra esencia y carácter, de la posibilidad de reconocernos en otras vidas, en otros ojos, otras historias…
Sin embargo, la memoria nos obliga a recordar, antes de los libros: la palabra, en sus miles de formas, a través de los fascinantes acuerdos para crear códigos que signifiquen “algo”, para “alguien” o “alguienes” – hoy ando con todo y me da la gana encontrar nuevas formas de nombrar lo que todos entendemos, pero no hemos coincidido en llamar de esta forma – creando palabras, y más palabras que unidas forman oraciones y con ellas párrafos ya partir de ellos, - los párrafos – accedemos a las vivencias de otros, que pueden ser plasmadas de formas diversas, únicas, incomparables.
Dicen por ahí, que Johannes Gutenberg dijo alguna vez que:
“La imprenta es un ejército de veintiséis soldados de plomo con el que se puede conquistar el mundo…”
Habrá quien opine lo contrario y quien esté de acuerdo, el mundo es un conjunto de mini universos, tantos como humanos que lo habitan, y que forman su criterio como resultado de vida, contexto e intereses.
Es innegable, sin embargo, que uno de los instrumentos más revolucionarios creados por la humanidad es justamente: el libro, pareciera a ojo de buen cubero un artículo de hechicería, preparado para evadirnos de la realidad, para ejercer su irrefrenable magia en nosotros, para conectarnos con los pensamientos de seres que existen, existieron y existirán más allá de nuestras historias y geografías…
Es a través del libro que podemos sumergirnos en la vida de Ruy Rodríguez de Vivar, gozamos con la dignidad del Conde de Montecristo, nos enamoramos de Eloísa y detestamos un poco a Pedro Abelardo, conocimos a Omar Khayyam, lloramos con Kira Argounova, reímos con Violetta de Diablo Guardián, soñamos con El cielo es azul, la tierra es blanca, morimos de dolor con El Principito, entramos al morbo de Amores Adúlteros, conocimos el deseo en El erotismo de Bataille, buscamos a la media naranja que se convirtió en toronja o en sandía en El banquete¸ comprendimos con Alice Munro que la Felicidad parece inalcanzable, odiamos y deleznamos la esclavitud con La cabaña del tío Tom, buscamos los vestigios de Egipto, Creta, y mucho más de la mano de Sinuhé el egipcio y tantos, pero tantos, tantos otros personajes que son parte de lo que ahora nos conforma.
Aprendimos a besar leyendo el capítulo 7 de Rayuela, buscamos lenguajes ininteligibles para hablar de amor entre dos personas que calladas se dicen todo, como bien decía don Jaime.
Sufrimos cuando nos dimos cuenta de que matamos lo que amamos, lo demás no ha estado vivo nunca, y entendimos que Rosario no estaba tan errada cuando sepultó ese amor.
Entramos en el silencio de una ceguera anticipada que vencimos cual Ariadna entrando al laberinto, porque lo esencial es invisible a los ojos y en algún momento decidimos decirle a alguien, sin que en realidad tuviera que hacerlo, - ya lo había hecho previamente – domestícame, como si tal acto fuera posible sin el consentimiento del otro.
Después de todo en la vida como en la muerte, hay palabras que nos acompañan y mientras estas existan, existirán libros, en todos sus formatos: impresos, audio libros, e-books, convertidos en canciones, en películas, en recuerdos y para todos ellos existe un lugar: La Feria Internacional del Libro del Estado de México, que en esta ocasión se llevará a cabo del 24 de septiembre al 3 de octubre, con uno de los mayores retos en sus siete años de historia, lograr en medio de 18 meses de Covid 19, con semáforo amarillo de por medio que los habitantes de Toluca, y su valle, ese del matlatzinco, próximo a cumplir 500 años, decida salir de sus hogares, se suba a uno de los FILEMbuses dispuestos para ello con siete rutas y llegue al Centro de Convenciones del Estado de México, cerquita del aeropuerto y a unos pasos del C5 para disfrutar del escape de la convivencia con la literatura, sus autores, editoriales y todos los que la hacen posible.
Ya veremos si en unos cuantos días podemos decir con una sonrisa: ¡Prueba superada!
Lo que es un hecho es que aquel que está expuesto a un libro llega a un punto sin retorno, después de la poesía, de la novela, de la posibilidad de ser tocado por los pensamientos de aquel que se entrelazan con los nuestros, no hay regreso y ¡qué bueno!
Larga vida a la palabra, a los libros que de ella emanan, a los sueños y la valentía para envolvernos en ellos, con los ojos abiertos.
¡Vámonos a vivir, a llenarnos de letras, a colorearnos con ellas y a recuperar la fe en la humanidad, la nuestra, para ser capaces de compartirnos con otros en igualdad!
@PalomaCuevasR
Paloma Cuevas R. Condecorada en 2020 con la Medalla y el Pergamino Leona Vicario. Mujer y madre. Femenina cuando le da la gana. Amante declarada de México, el mezcal, el buen café y la verdad sin anestesia. Es humanista, sapiosexual, docente durante más de 22 años, filósofa, columnista, escritora y locutora en temas de Cultura, Política y Erotismo. Fundadora de #ProyectoÍtaca plataforma política y cultural. Locutora titular de #ProyectoÍtaca en Cadena Radio Mx. Promotora y gestora cultural incansable. Presidenta de la Academia para el estudio y difusión de la obra de Dolores Castro, por la Ilustre y Benemérita Sociedad de Geografía y Estadística del Estado de México. Integrante del Mapa Nacional de Escritoras Mexicanas Contemporáneas. Directora Mundial de Comunicación y Relaciones Públicas del World Poetry Fest. Embajadora Estado de México de Fridas de Barcelona. Embajadora de la Red Naranja del Estado de México.