Todos los seres humanos somos consecuencia de lo vivido, de nuestras creencias y de lo aprendido en varias generaciones, tanto acciones positivas como negativas, y entre éstas ultimas están las acciones como el machismo, y la violencia de género que lamentablemente para muchos hogares se ha normalizado.
Mujeres en este siglo, con información y dependencias gubernamentales, asociaciones, fundaciones y más que ofrecen sus servicios para detectar, erradicar, y reeducar a los agresores, siguen viviendo violencia de género, que cuando no es denunciada termina en feminicidio.
Muchas de las mujeres saben que viven una vida de violencia, pero por dependencia económica, miedo, factores sociales siguen viviendo de esa manera.
Las y los hijos que crecen en ese tipo de núcleos familiares, tienen una gran tendencia a repetir los patrones de sus padres como la violencia, provocando que esos círculos de violencia sigan, se repitan y puedan ser más violentos, porque existe una tendencia de creer que son normales.
Hacen natural que exista violencia dentro de la pareja, que existan faltas de respeto y hasta golpes, que venga el arrepentimiento, el perdón, la promesa de nunca más un golpe, se enfríe la relación nuevamente, se suscite un hecho violento, pero con la diferencia de ir aumentando de grado de incidencia de una mala palabra, hasta llegar a un feminicidio.
Es en casa donde nuestras niñas y niños están aprendiendo a ser violentos, es imperativo regresar el poder a las familias, ya lo decía Pitágoras; “Educa a los niños y no tendrás que castigar a los hombres”, ojala y los padres de familia lo entendiera, y los gobiernos lo asumirán, porque podrán pintar las naciones de naranja cada 25 de cada mes, pero sin acción de nada sirve, se podrán empoderar a miles de mujeres, pero si no se reeduca a quienes ejercen violencia no se podrá combatir el problema, tendremos penas más severas para los que violentan, pero es más fácil prevenir que reparar. Sí que se apueste a la difusión y mecanismos de denuncia y ayuda para mujeres en vulnerabilidad, pero no olvidemos atacar el problema desde su nacimiento.
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