Que el gobierno de Enrique Peña Nieto ha gastado dos mil millones de dólares en publicidad, como dice “Fundar” y lo reproduce The New York Times, permítame reírme, es ridículo, se gasta mucho más con el disfraz de comunicación social.
Los gobiernos mexicanos nunca han gastado en lo que es realmente comunicación social, si una cantidad de esa naturaleza se hubiera utilizado para tal fin, entonces los mexicanos seríamos una sociedad bien informada sobre las acciones del gobierno.
Dos mil millones, es apenas lo que se ve, se gasta mucho más, no en comunicación social, porque no nos informan de acciones de gobierno, sino que sólo hacen promoción personal, siempre pensando en el futuro. Tiempos fueron en que la publicidad gubernamental se limitaba a publicar fotografías de los titulares de las dependencias inaugurando alguna obra u otorgando algún incentivo en las comunidades.
Yo les recomiendo a “Fundar” y a The New York Times que investiguen cuánto gastó Enrique Peña Nieto en la construcción de su candidatura presidencial. Peña Nieto empezó a gastar en publicidad personal desde el primer momento en que asumió la gubernatura del Estado de México, fueron cantidades multimillonarias, por arriba y por debajo de la mesa.
Les recomiendo que investiguen sobre las páginas en internet que crearon y triangularon la mayoría de los encargados de las llamadas coordinaciones de comunicación social de su gobierno. No es poca cosa.
Peña Nieto tiene 11 años gastando en publicidad que no significa ningún beneficio para la población, son cantidades millonarias, y un porcentaje muy importante se ha quedado en los bolsillos de los llamados comunicadores que han estado a su lado y de los editores consentidos del régimen.
Y si se les agrega el gasto de los estados como Veracruz, en los tiempos de Javier Duarte, -cinco mil millones de pesos en un año- mejor ahí le dejamos, dinero de los contratos que al final no se pagaron. Pero eso es problema de los editores.
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Mientras que una máquina del ayuntamiento caía sobre varios automóviles en la zona de Interlomas, el alcalde de Huixquilucan, Enrique “Quique” Vargas, patinaba en las montañas de Vail, Colorado, aun así quiere reelegirse. ¿Cómo la ven?... Francisco Javier Cabeza de Vaca, gobernador de Tamaulipas, clausuró los casinos en la norteña entidad, pero los empresarios de ese giro, por ejemplo en el Puerto Tampico, se pasaron al lado veracruzano lo que significa sólo cruzar el río Panuco que divide a las dos entidades para que los ludópatas puedan darle rienda suelta a sus vicios. Hay servicio de transporte para facilitarles el acceso y el más contento es el gobierno veracruzano porque tiene una fuente adicional de ingresos vía impuestos que genera el juego.
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