Repensar el municipio

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Publicado en Opinión

Repensar el municipio

Miércoles, 19 Enero 2022 02:56 Escrito por 
Juan Carlos Núñez Juan Carlos Núñez Palabras al viento

Este primero de enero entraron en funciones las nuevas administraciones municipales. Iniciaron sus labores en un contexto en el que la cuesta de enero, en algunos casos, parece más bien la cuesta eterna de los padecimientos que al inicio de los ayuntamientos se agravan más cada trienio. El panorama no es tranquilizador, algunos con mayor deuda pública que hace tres años, sin recursos para atender sus obligaciones constitucionales, con deudas no registradas a proveedores de obras y servicios.  Peor todavía, sus empleadas/os desmotivadas/os por falta de pago o por temor a ser despedidas/os, en el contexto de la pandemia en aumento que, sin precedentes, amenaza los escasos recursos familiares si es que necesitaran medicamentos u hospitalización.

No obstante, alcaldesas y alcaldes inician sus labores con incontables solicitudes y proyectos y con la mejor intención de cumplir a las/os ciudadanas/os.  Lamentablemente, la federación es indolente a las necesidades municipales y lejos de incrementar los recursos los disminuye o de plano los elimina del presupuesto federal. Así que el reto es mayúsculo y la expectativa ciudadana muy alta. Visto de esa manera alcaldesas y alcaldes tendrán que enfrentar, con escasos recursos, como en los relatos bíblicos, las 10 plagas: deuda, burocracia, inseguridad, pobreza, improductividad, falta de herramientas y equipo, deficientes servicios públicos, violencia de género, contaminación, desigualdad, etc.,

Ante este panorama, ¿quién tendrá la capacidad para resolver los problemas que son comunes a la gran mayoría de los municipios?, ¿quién tiene la estrategia más adecuada para enfrentar esta situación? Pronto veremos de qué están hechos los titulares municipales, como dice el dicho: de qué cuero salen más correas.  Sin duda, diversas estrategias saldrán a relucir. 

Por cierto, permítanme una acotación histórica.  Estrategia es una palabra de origen griego y su uso se remonta al arte de la guerra. Fue empleada desde el siglo XVIII para considerar aspectos bélicos como el valor de las alianzas, el papel de la batalla y los méritos de la fuerza y astucia militar.  No es de extrañarse que, para 1960, los políticos y directivos empresariales retomaran el concepto en planes y programas de largo alcance. La estrategia explica y examina las decisiones, a veces recurre al engaño, las alianzas y el uso de la violencia (ahora más verbal y de confrontación).

Regresando a las referencias bíblicas, podríamos decir que se aproxima el enfrentamiento de David contra Goliat.  Nuestros gobiernos municipales serán los “David” cuya precisión sorprenda con su capacidad de resolución de problemas para beneficio de las/os ciudadanas/os. Estos modernos “David” tendrán que ser altamente creativos en sus respuestas a la problemática con la que reciben sus municipios: recurrir a la tecnología y la innovación, principalmente.  Los retos son enormes, necesitan de equipos integrados por personas profesionales, innovadoras, competitivas, con alta capacidad de comunicación y con gran humanismo, que promuevan la sustentabilidad y la equidad de género, entre otros.  Quizá un aspecto fundamental será la capacidad de motivar a la sociedad para participar en los asuntos públicos y encaminar a sus gobiernos para que construyan trabajo en equipo, justamente con esa sociedad que les reclama trabajo arduo.

Todo esto hace necesario repensar el municipio planteando preguntas a las que buscar respuestas.  Pongo sobre la mesa la primera: ¿debe la ley tratar a todos los municipios por igual, independientemente de su tamaño, de su capacidad administrativa y los recursos humanos y tecnológicos a su disposición para resolver complejos problemas? También hace falta adecuar la ley para fincar responsabilidades directas a quien no registra deudas a proveedores, no paga salarios o acumula deudas con la CFE, CONAGUA, CAEM, SAT e ISSEMYM.  Tampoco deberían quedar impunes quienes tienen que devolver recursos por no ejercerlos oportunamente.  Nuestra legislación necesita ser más severa en castigar conductas que dañan el futuro y viabilidad financiera de los municipios. A final de cuentas, la falta de castigo para todas estas conductas perjudica directamente, en lo inmediato, a los habitantes de cada municipio.

Enfrentar la debilidad financiera de los municipios, que en su mayoría tienen una enorme dependencia de los escasos recursos federales y estatales, es un reto inmediato para el que urgen respuestas. ¿Qué va a pasar con los gobiernos municipales que enfrentan la imposibilidad de prestar los servicios más indispensables, como la recolección de residuos sólidos o agua potable? La respuesta debe ser una estrategia de largo plazo.

Con este panorama enfrente considero que un buen proyecto sería que, en el marco de la celebración de los 500 años de la fundación de Toluca, se realizara un planteamiento muy serio para repensar el municipio. Iniciar un franco debate abierto sobre cómo debe ser el municipio mexicano y, especialmente, el mexiquense, de cara a las próximas décadas. Un foro para analizar las debilidades de los municipios y plantear cómo resolver los problemas que enfrentan apoyándonos en las herramientas del siglo XXI. En este foro deberían discutirse atribuciones, responsabilidades y presupuestos; analizarse detenidamente, aspectos sobre recaudación y formas de gasto; discutir la tecnología disponible para instrumentar el gobierno electrónico; apostar a la transparencia y la rendición de cuentas para construir gobiernos más eficientes; así como la forma en que los gobiernos municipales pudieran contribuir, en su caso, a otros aspectos igual de importantes que los servicios públicos, como la cultura, la salud, la promoción económica y el cuidado del medio ambiente.

Cuidar el municipio es cuidar la extensión de nuestra familia. Para proyectarla al futuro necesitamos contribuir todos, con racionalidad y decisiones basadas en la realidad.  Así la casa de todos debe ser atendida y construida no sólo por los gobernantes y sus estrategas. Todas/os quienes habitamos este entorno de convivencia inmediata estamos llamadas/os a contribuir con ideas y trabajo a su mejora… Y todos los gobernantes, sin importar colores o ideologías, deben apostar al trabajo responsable, esforzado y organizado, insisto, basado en la realidad, no en franca pelea con ella.  Ojalá que sean pocos quienes apuesten por su fe en el presidente, a quien hoy consideran todo poderoso, para que les arrastre al éxito con su alta popularidad.

Por lo pronto, ¡a trabajar!

*El autor es Maestro en Administración Pública y Política Pública por ITESM. Y Máster en Comunicación y Marketing Político por la UNIR.

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