El 4 de julio de 2023 los coahuilenses tienen una cita en las urnas. Renovarán la gubernatura y escogerán 25 diputados al Congreso del Estado.
Sin duda Coahuila es el gran bastión priísta. El gobernador saliente es Miguel Riquelme Solís, nacido en Torreón. Fue diputado local, federal y alcalde de su tierra.
Estudió ingeniería en Sistemas Computacionales en el Instituto Tecnológico de La Laguna. Fue también secretario de Desarrollo Social de su estado, donde recibió el apodo de “Santa Claus” de Coahuila.
Lo antecedieron en el cargo: Eliseo Mendoza Berrueto, Rogelio Montemayor Seguy, Enrique Martínez y Martínez, Humberto Moreira, Jorge Torres López y Rubén Moreira (ahora presidente de la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados, conocida como la JUCOPO).
Solamente se han liberado dos estudios demoscópicos rumbo a ese proceso electoral: el primer es de Massive Caller (publicado el 31 de enero de este año) donde ganaría el PRI con el 35.2 por ciento de la votación. El segundo es de Grupo Impacto que le da una cómoda victoria a MORENA, con el 53 por ciento de los sufragios.
Se dice que Manolo Jiménez Salinas será el gallo tricolor para impedir la alternancia, y mantener con vida al Revolucionario Institucional. Todo indica que el panista Guillermo Anaya cederá su lugar para ir en alianza con el PRI y con el PRD.
Hasta hace unas semanas todos los esfuerzos de la oposición estaban cargados hacia Luis Fernando Salazar Fernandez y Armando Guadiana. Pero no se necesita ser doctor en política, para descifrar que el “bueno” es Ricardo Mejía Berdeja, subsecretario de Seguridad y Protección Ciudadana.
A finales de los ochenta, cuando aún estudiaba la licenciatura en Derecho en la Universidad Iberoamericana me dijo en una cafetería Vips (entre bocado y bocado de unos molletes con salsa mexicana): “un día seré gobernador de mi estado mi Gus.”
Inició su carrera en 1990 en la PGR. Fue el presidente fundador de la organización nacional juvenil México Nuevo y presidente fundador del Parlamento Nacional de la Juventud, México XXI.
En esas fechas conoció a Luis Donaldo Colosio. Los jóvenes de la época aseguraban que de llegar a la residencia oficial de Los Pinos, el nacido en Magdalena de Kino, mínimo le ofrecería una subsecretaría a su líder, nacido en Torreón.
También en esos años conoció, a quien muchos años después, sería su jefe, Alfonso Durazo Montaño (hoy gobernador constitucional del estado de Sonora). Su amistad y cercanía es de todos conocida.
Heriberto Galindo Quiñones (vocero de Luz y Fuerza, jefe de prensa de CFE, director del MUTEC, jefe de información del Infonavit, subdirector de información de la SEGOB, director de comunicación de la SHCP, director general del CREA, cónsul de México en Chicago, embajador de México en Cuba, diputado federal, senador de la República y propietario del delicioso restaurante Miyiko) puede certificar lo que escribo.
Mejía Berdeja fue diputado en la LIII legislatura de Coahuila y secretario general de la CNOP en esa entidad. Para el cambio de milenio, se ocupó en la Secretaría de Gobernación.
Ricardo fue diputado federal y hoy es el hombre de confianza de la secretaria Rosa Icela Rodríguez. Los que participan en las reuniones de seguridad, con el Presidente de la República, aseguran que la voz cantante de la junta previa a las mañaneras, es la de Mejía Berdeja.
¿Le arrebatará Morena la gubernatura al PRI en Coahuila? ¿En 2023 sólo los dividirá Chihuahua a los amigos gobernadores Durazo y Mejía, que se conocieron hace más de 30 años? ¿Ricardo le dará la estocada final al PRI?
Si se responden afirmativamente las 3 interrogantes anteriores, Luis Donaldo Colosio podrá observar, desde donde quiera que esté, que dos de sus muchachos siguen su camino.
Y aquella promesa, después de la sopa Vips (con pollo deshebrado, tallarines y caldo) se convertirá en afirmación.
*Periodista, editor y radiodifusor
@GustavoRenteria
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