El crucigrama de la política mexiquense se ha ido reajustando en los últimos días. Entre posicionamientos públicos, eventos de pasarela de los suspirantes a la gobernatura y encuestas a modo, todos se andan moviendo para salir en la foto y alcanzar su margen para negociar.
Los panistas, por un lado, le andan jugando al listo, ya que un día dejan ver la posibilidad de ir solos a pelear la gobernatura en la figura del Enrique Vargas y al otro día se muestran públicamente negociando con el PRI, en aras de mantener la alianza electoral, ante el evidente ensanchamiento de la izquierda en tierra mexiquense.
El PRI tira línea a través de sus dirigencias nacional y estatal, avizorando el triunfo, aunque aún en la indefinición de su candidato.
Nombres hay, con más posibilidades hacia el género femenino; la moneda sigue en el aire. La más arrecha, Ana Lilia Herrera, quien en varias entrevistas ha manifestado ser la idónea; ojalá no le pongan un estate quieta como a Nemer o a Rescala.
Donde, sin duda, está el jaloneo más duro es en Morena, porque por primera vez en la historia contemporánea del Estado de México, el PRI podría perder y sería la izquierda quien ascendiera al poder.
En ese partido, Higinio Martínez, el eterno suspirante, mueve todas sus armas para posicionarse; las señales desde la presidencia de la República no le favorecen.
Todo parece indicar que la elegida será la maestra Delfina Gómez, otrora candidata que en 2017 perdió ante Alfredo Del Mazo, gracias al flamante papel fungido por el entonces candidato perredista Juan Zepeda.
Hay quienes opinan que Morena, vaya con quien vaya, seguro gana la elección. Tan solo hay que observar el arropo social que ha ganado este partido en los últimos tres años, pese a los garrafales errores cometidos desde la presidencia de la República.
Pero López Obrador ha sido listo; ha logrado controlar con dinero a los medios, trinchera desde donde no se le trastoca. Al contrario, él dicta la agenda diaria desde la mañanera.
El único escenario donde medianamente se le ridiculiza o cuestiona es desde las redes sociales, que con todo y todo aún no son un elemento legitimador como lo son los medios formales de comunicación.
Y justo en este renglón, es de extrañar que pocos han sido los reporteros que han abordado el nuevo endeudamiento al que recurrió el gobierno Lopezobradorista ante el Banco Mundial por 700 millones de dólares, hace apenas una quincena de días.
Con este nuevo crédito otorgado al Gobierno de México el transcurso de la actual administración, el endeudamiento del sector público acumula un incremento de 2 billones 644 mil 676 millones de pesos; cifra que, vista por sí sola, representa un crecimiento de 25 por ciento desde finales de 2018, cuando se inició el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, pese a que una sus promesas fue la de “no endeudar al país”.
