Sus lágrimas no dejan de recorrer sus mejillas, abundantemente. Sus ojos parecían más grandes de lo normal. Miraba con angustia lo que sucedía. Unos minutos antes estaba comiendo tranquilamente con su mamá y platicaban de cómo fue su día en la escuela. No gritó, ni entró en pánico, estaba paralizada. Ahora veía y escuchaba –aterrada- cómo un sujeto apuntaba con una pistola enorme a la cabeza de su mamá y le gritaba: ¡Dame las llaves, perra! ¡Las llaves del carro rojo o te disparo!
Afuera del pequeño restaurante –ubicado en Metepec- una patrulla de la policía estatal se encontraba estacionada a 100 metros del lugar… y no se percataban de nada. Todo fue muy rápido. Celular, carteras, bolsas, relojes y, naturalmente, el dinero de la venta hasta ese momento. Cargaron con todo lo que pudieron, pero –sobre todo- con la tranquilidad de quienes vivieron el asalto ocurrido hace unos días.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) dio a conocer que tres de cada cuatro adultos consideramos inseguro vivir en México. Ahora, una niña de 12 años también considera que es inseguro y, naturalmente, tardará mucho tiempo en superar ese trance. Entre las mujeres la percepción de inseguridad es mayor, 8 de cada 10 no vive tranquila.
La Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana del Inegi indica que, hasta diciembre del año pasado, 75.9 por ciento de los mexicanos mayores de 18 años considero que vivir en su ciudad es inseguro, lo que significó un aumento de 1.8 puntos porcentuales con respecto a 2016.
De acuerdo con la investigación del Inegi, los mexicanos hemos decidido modificar los hábitos para protegernos y especialmente cuando acudimos a un cajero automático, que son identificados como los puntos menos seguros del entorno urbano, además del transporte público.
Naturalmente, hay ciudades más inseguras que otras. Entre las primeras se ubican Reynosa, Chilpancingo, Fresnillo, Villahermosa, Coatzacoalcos y la Zona Norte de la Ciudad de México. Entre las menos inseguras están Mérida, Puerto Vallarta, Saltillo, Piedras Negras, Campeche y Durango. En estas últimas, la percepción de inseguridad se ubica entre 29 y 52 de cada 100.
¿Es normal que debamos modificar las rutinas? ¿Es correcto que dejemos de portar objetos de valor, porque podemos ser asaltados? La respuesta natural a ambas preguntas es no, pero el hecho es que se ha roto la normalidad. Ya no nos sentimos tranquilos en los bancos, ni en mercados o carreteras.
Afortunadamente -gracias a Dios-, el dueño del restaurante, un joven que conozco desde niño y que es muy trabajador, como su Madre –una amiga periodista-, reaccionó rápido al ver cómo ese sujeto apuntaba a la cabeza de su clienta, delante de su hija y le dijo: ¡Ten, llévate la camioneta gris! ¡Toma las llaves! -¿Cuál?- grito el delincuente. -¡La zuzuki gris, ahí enfrente!
Tomó las llaves el ladrón y salió con otros dos cómplices, quienes amenazaron a las víctimas: si denunciaban ya sabían quiénes eran, porque –obvio- llevaban sus identificaciones.
El dueño y los comensales salieron corriendo para tratar de alcanzarlos. Fueron a la patrulla estacionada a 100 metros y los policías dijeron que no podían perseguirlos “por el protocolo”, que llamaran al 911, “ahora los agarran”, y de ahí no se movieron, sólo hasta que llegó la policía municipal (media hora después), pero eso sí –me dice mi amiga- se acercaron para tomar la foto y consignar que atendieron el llamado.
La versión que les dieron en la Fiscalía de Toluca es que “Sí, hay una banda de ladrones en la zona. Ya la tenemos identificada. Son muy peligrosos”. Y la pregunta ¿por qué no los detienen? “porque la gente ya no sigue la denuncia”, si no ratifican la denuncia “la ley no nos permite hacer más”. Algo están fallando en la ley.
Ahora, el dueño del restaurante –donde siempre estaban llenas sus seis mesas-, está espantado. Fue la segunda ocasión que le ocurrió un asalto en un negocio y ya no quiere abrir. Los platos servidos de ese día aún se encuentran tal como quedaron, luego del terrible momento.
Ya no estamos tranquilos si nuestros hijos salen de la casa, las visitas a los amigos y parientes se han modificado. Algo ha fallado desde hace mucho tiempo. Esta situación no es resultado de los últimos 5 o 10 años, viene de más atrás.
La percepción de inseguridad aumenta y la desconfianza en las instituciones también. De acuerdo con el Latinobarómetro 2017, solamente 20 de cada 100 mexicanos confía en el gobierno… y este año se renuevan –para el caso del Estado de México- la Presidencia de la República, el Congreso de la Unión en ambas cámaras: diputados y senadores, así como la Legislatura estatal y los 125 ayuntamientos.
Mucho por reflexionar, mucho por decidir.
PERCEPCIÓN
Es lamentable cómo aumenta la dinámica, entre una parte importante de la clase política, de alejarse de los periodistas. Imaginan que comprando seguidores en las redes o enviando mensajes por “whatsapp”, ya están “en contacto” con la gente. En una era del “fake news” es cuando más se necesita de buen periodismo para comunicar.
VOTO 2018 PERCEPCIÓN
¿A quién se le ocurrió subir al Presidente de la República al debate con Andrés Manuel López Obrador?, ¿No se percatan que eso muestra nerviosismo y que le da mayor fuerza al “Peje”? ¿O preservar el papel de Jefe de Estado ya no es relevante?