Con la liberación de Rosario Robles, después de tres años presa sin juicio ni sentencia para seguir su proceso en libertad, se detonó, el mismo día, un nuevo espectáculo político en el que el ex procurador en tiempos del ex presidente Enrique Peña Nieto, Jesús Murillo Karam fuera aprehendido por ser el autor y responsable de “la verdad histórica” que dio por desaparecidos a los 43 estudiantes de Ayotzinapa, señalándolo como responsable de lo que hoy denominaría Alejandro Encinas, Subsecretario de los Derechos Humanos, como un crimen de estado, todo ello en una semana en que el país se incendiara en diversos estados por la lucha entre organizaciones criminales por el dominio de los territorios susceptibles de adueñarse de ellos para sus fines e intereses, previamente al mes de septiembre en el que la discusión de la Reforma Electoral y las otras reformas como la Eléctrica, pendientes que se darán en el siguiente periodo ordinario de la Cámara de Diputados.
Una vez más utilizan la figura de Rosario Robles en el tablero de ajedrez en el que uno de los jugadores es AMLO y, el otro, “los adversarios” de quienes se requiere su aprobación de las reformas y que han señalado que no lo harán; todo ello en un contexto electoral adelantado de la sucesión presidencial y de la elección de gobernador del Estado de México, el próximo año.
Se haga la lectura que se haga de la liberación de Rosario Robles y del encarcelamiento de Jesús Murillo Karam para los fines políticos en juego, las dos figuras peñistas, serán símbolos y piedras en el zapato para los dos años restantes del sexenio. Sino al tiempo.
El Presidente de la República que sólo piensa en elecciones, ahora más que nunca, lo hace con una estrategia que quizá no alcanzamos a ver pero que utiliza a personajes del sexenio anterior para sus fines. A no dudarlo, estamos frente a un tablero en el que los equilibrios, ataques y desgastes acabarán en un jaque mate a favor del Presidente muy probablemente enfermo y con el país en las mismas condiciones. El relevo definirá el futuro.