El domingo, en la colonia, durante la misa, fueron convocados los vecinos para participar en una kermés y recaudar fondos para la Iglesia. Pensé, –recuerda el relator de historias mientras degusta de su matutino café- “¿Más dinero? ¡Se parecen al SAT! Se pasa este capellán”… Pero al salir, en mi cabeza pulsaban aquellas palabras del sacramento: “La paz os dejo, mi paz os doy…”. Muchos vendían y otros compraban, todos se saludaban, platicaban, convivían. Esos momentos alimentan el alma y se ven taaan poco. Hemos normalizado la convivencia violenta.
Esta semana, el planeta conmemora el Día Internacional de la Paz. Cada 21 de septiembre, desde 1948, al término de la segunda guerra mundial y por precepto de la ONU, las naciones del mundo asintieron cultivar la paz con acciones trascendentales. No obstante, desde 1945, la paz ha destapado guerras, como la de Vietnam (1945–46); la violenta ocupación Israelí desde 1967 a territorio Palestino en la franja de Gaza; o la violencia en Colombia (1948-58), la revolución cubana (1953-59), la Guerra del Golfo en Irak (1990-91) o la más reciente, la invasión rusa a Ucrania desde el 24 de febrero, aunque el conflicto inició realmente en 2014.
El sociólogo francés Gastón Bouthoul, opinaba que “la paz, por más deseada que sea, no ha sido la circunstancia natural de la humanidad”. Y no, no lo es. La ruta de Gandhi: "no hay camino para la paz, la paz es el camino", no se entendió. El periodista vaticanista Salvatore Cernuzio, expresaba que, “los horrores del siglo XX, las dos guerras mundiales, el holocausto, los genocidios, el terrorismo, las masacres y la propaganda del odio, no sirvieron de nada. Aún hoy, la paz es ‘pisoteada y despreciada’". El Papa Francisco, en un texto inédito, del volumen titulado: "Paz en la tierra", reveló que "la guerra se está revalorizando peligrosamente. Un mal del que los responsables políticos responderán ante Dios y los pueblos”.
La paz en México
No son, sino las propias víctimas de la violencia, aquellas que han buscado su propia paz y justicia.
Le doy unas cifras –continúa el amanuense-: El 30 por ciento de las personas desaparecidas por la violencia, que han sido localizadas, fue gracias al trabajo incansable de colectivos de familiares. En mayo de 2022, en Ginebra, el Comité contra la Desaparición Forzada, expresó su profunda preocupación por las cifras del Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No localizadas de México. “Más de 100 mil personas registradas oficialmente, son una tragedia desgarradora”, dijeron.
En este sexenio, han sido ejecutadas más de 100 mil personas, sin importar género. De estas, 2 mil 300 fueron menores de edad, reclutados de manera forzada por el crimen organizado. Y luego está el éxodo en la frontera. La inseguridad y la violencia en todo el país, han desplazado a más de 357 mil personas. Hasta mayo de este año, se contabilizó que 79 de cada 100 migrantes, son mexicanos, y de ellos, 4 de cada 10, son indígenas.
En un escenario por la paz en el mundo, todo abona pero, “el buen juez por su casa inicia”. En México, las cifras del actuar criminal de grupos y carteles, no ayudan a la propuesta de López para constituir “¡de inmediato!”, en la ONU, un comité de diálogo por la paz en Ucrania. Lo siento presidente, pero, esa tregua “de al menos 5 años”, no le da imparcialidad. Zelenski y Putin, no son Layda ni “Alito”. La paz en México es primero, y no será militarizando a la nación… Sólo digo. Mi Twitter @raulmandujano
