La infidelidad es un acto de violencia psicológica y también de falta de responsabilidad afectiva.
¿Por qué?
Porque evidentemente estas engañando y mintiendo a tu pareja. Y aunque aparentemente creas que cuidas hasta el más mínimo detalle para que el otro o la otra no se entere, el otro siempre se termina enterando, hay algo en tu energía y en el ambiente que lo delata, en el fondo de nuestro corazón sabemos cuándo algo anda mal, sabemos cuándo el otro se está portando mal y eso provoca angustia.
Además, la mentira tiene patas cortas y tarde o temprano las cosas salen a la luz.
Cada vez que tú cometes un acto de infidelidad estás abusando de tu pareja, estás abusando de la confianza que ha depositado en ti, estás rompiendo los pactos de cuidado y lealtad en la relación, te estás riendo de ella a sus espaldas.
Además, es un acto injusto, ya que mientras tú estás disfrutando de tus relaciones sexuales y sentimentales con otra u otras personas, estás negando a tu pareja la oportunidad de que ella también tenga la posibilidad de disfrutar de otras relaciones.
La relación ya no está siendo pareja ni equitativa.
Muchos hombres se aprovechan de que su pareja depende económicamente o afectivamente de ellos, así que en el fondo saben que la esposa, por mucho que "haga dramas" y no esté de acuerdo con los actos de traición o de infidelidad, difícilmente los va a dejar. Así que viven felizmente su doble vida: la de solteros y la de hombres casados y padres de familia.
Y desde luego, en este esquema también entran algunas mujeres, pero aún en la actualidad sigue siendo mayor el número de hombres infieles en el matrimonio por el privilegio que les da un sistema patriarcal.
Y para terminar, pero no menos importante, muchas personas atentan contra la salud de sus parejas poniendo en riesgo sus vidas, porque no utilizan métodos de protección en las relaciones sexuales.
¿PODRÍAMOS TERMINAR DE UNA VEZ POR TODAS CON ESTA TONTERÍA DE LA INFIDELIDAD?
¡Por supuesto! Pero para eso se requiere ser una persona íntegra, coherente y congruente.
La integridad se refiere a ser personas adultas, responsables, de una pieza.
La coherencia, a que dicen, hacen, sienten y piensan en una sola dirección, así que no se andan con juegos egoístas.
Y la congruencia es lo que damos a los demás, esa energía clara y transparente con la que nos movemos en el mundo.
Se dice mucho que el ser humano es infiel por naturaleza, que la monogamia es un mito, que simplemente no está en nuestra biología, y puede ser, ¡claro que puede ser! si estuviéramos hablando de seres humanos animales, que se dejan llevar por sus instintos más precarios y básicos, como aquellos humanos de las cavernas que se dedicaban a reproducirse para mantener la supervivencia de la especie, pero a mi consideración, esto ya no debería aplicar a una sociedad civilizada y evolucionada como es la nuestra, donde contamos con todas las herramientas para educarnos, formarnos y concientizarnos.
Actualmente es muy raro ver a una persona que no cuente con un televisor o con un celular como mínimo, aparatos de alta tecnología dignos de una especie evolucionada, pero si podemos seguir manteniendo mentalidades retrógradas que justifican sus actos de egoísmo, abuso y violencia, porque "está en nuestros genes ser infieles", somos muy modernos para unas cosas, pero totalmente rudimentarios para otras, un absurdo más de nuestra sociedad.
El tema de la infidelidad es y siempre ha sido todo un mundo por explorar y aún quedan muchos hilos sueltos que abordaré más adelante.
Pero mientras tanto;
¿Se puede hacer distinto? ¿qué podemos hacer para frenar estos actos de violencia y abuso?
Para empezar, ya desde que iniciamos una relación debe estar implícito, hablado y aclarado cuáles serán los términos de la relación, cada pareja es distinta y tiene distintos códigos, lo importante es que cada integrante de la relación se comprometa a respetar sus códigos de convivencia y cada determinado tiempo sentarse a hablar y actualizarse respecto a los intereses de cada uno en la relación. Esto permitiría que la relación siguiera avanzando de forma armoniosa en el tiempo.
Si ya está pasando algo extraño con otro extraño, contarle a tu pareja desde un principio lo que te está pasando: "me gusta otro, estoy tonteando con otra, me estoy enamorando de otro, me está moviendo el tapete otra persona"... Para que entonces él o ella pueda tomar sus propias decisiones, como tener otras parejas igual que tú o como dejar la relación si no quiere tener una relación abierta.
Se trata de ser valiente y de afrontar lo que está ocurriendo, con honestidad, así como de asumir las consecuencias de tus actos: si quiero tener otras parejas, mi pareja tiene derecho a hacer lo mismo, o a dejarme en cuanto se entere, si así lo decide.
Y con tus amantes lo mismo: honestidad, transparencia, respeto, valentía y cuidados.
¿Hay riesgos? ¡Claro! Actuar y hablar con honestidad siempre lleva el riesgo de que el otro no esté de acuerdo y se vaya, pero es preferible siempre actuar con honestidad y valentía a tratar de mantener un mundo de mentiras donde siempre salen raspados y afectados todos los involucrados, incluyendo a los hijos cuando los hay.
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