Por lo visto, la corcholata consentida de López Obrador, Claudia Sheinbaum Pardo, ya “reaccionó” y aseguró que ella será la candidata de Morena a presidente de la república, sabe que los dados están cargados a su favor debido a que los resultados de las cuatro empresas encuestadoras “a modo”, le darán el triunfo "indiscutible" ante el resto de las otras cinco corcholatas, que serán desplazados por el dedo flamígero del inquilino de Palacio Nacional.
Es increíble ver como la ex jefa de gobierno de la Ciudad de México, se ha ensoberbecido (como si fuese una gran política) en tres meses de campaña por toda la república para ungirse como la candidata de Morena a la elección presidencial de 2024, gracias a las preferencias del tabasqueño.
El derroche multimillonario de pesos (aunque tenga el cinismo de negarlo la propia consentida de su profesor), están a la vista de todos los mexicanos, la contratación de centenas de espectaculares, de bardas, de playeras, de gorras, de banderines, de banderas, de pines, de centenas de camiones repletos de acarreados que fueron miles y miles, además del apoyo en efectivo de 200 pesotes a cada uno y de lo que usted -apreciable lector- desee agregar, hicieron de su campaña un negocio redondo para las empresas contratadas.
Lo más increíble que vimos todos los mexicanos en estos tres meses, es la pasividad, la omisión, la complicidad del “nuevo” Consejo General del Instituto Nacional Electoral, que mal encabeza la morenista Guadalupe Taddei y que está bajo las órdenes del tabasqueño, que era lo que deseaba para torcer las leyes a su arbitrio.
Es inconcebible ver que el INE le haya permitido a la corcholata Claudia Sheinbaum, derrochar centenas de millones de pesos y de paso pisotear y violar nuestra Carta Magna y las leyes electorales que nos rigen.
En su mitin de cierre de campaña celebrado el sábado pasado en el Monumento a la Revolución de la capital, la ex jefa de gobierno muy engreída dijo con el mismo tono de su tutor político, Amlo: “Y no por nada, no lo digo yo, lo dicen los medios, hasta nuestros adversarios lo dicen, llevamos un año arriba en las encuestas. Le faltó completar: “Como dice el dicho”.
Por supuesto que los miles de acarreados -digo- asistentes y paleros fueron por “voluntad propia” y trasladados en autobuses y microbuses le gritaron: ¡Claudia, Claudia!, y el remate: ¡“Presidenta”!
Prosiguió afirmando: Y lo digo aquí: es mujer y es tiempo de la transformación y es tiempo de mujeres”. Sabemos que Claudia Sheinbaum es el eco eco eco eco eco, del tabasqueño, repite el mismito discurso desgastado de su jefe, “vamos requeté bien”, “los conservadores tienen la culpa de todo lo malo que acontece en el país”, “nuestros adversarios no han entendido nada de la cuarta transformación”, “no somos iguales” y un sinfín de frases banales.
Fue tétrico corroborar el sábado pasado, -pese a la negación rotunda de la exdelegada de Tlalpan que no hubo acarreados en sus mítines, cuando llegaron empleados de varias alcaldías gobernadas por Morena y del mismo gobierno de la Ciudad de México, De igual manera llegaron personas que fueron trasladadas del Estado de México, Morelos, Tlaxcala, Querétaro e Hidalgo.
Y como si fuese en verdad una líder natural, remató en su monótono discurso enviado a sus compañeros corcholatas: “Siempre, siempre, siempre, los llamaré a la unidad"; como si fuese estrofa de la melodía que cantaba hace algunas décadas el grupo Menudo.
Por supuesto que como grabadora concluyó con el rayado discurso de su jefe que involucra al pueblo, pero que le importa un carajo y como si fuese verdad: “pongamos el bienestar del pueblo y de la Nación por encima de cualquier interés personal”.
Es inconcebible que Amlo y su repetidora Sheinbaum Pardo, sigan recargándose absurdamente en el pueblo para todo discurso hueco y sin sentido y lo peor, que algunos ciudadanos le crean sus mentiras.
Recordemos que la semana pasada, el “carnal” corcholata Marcelo Ebrard acusó el uso masivo indiscriminado de recursos económicos y humanos en beneficio de Claudia Sheinbaum de parte de la Secretaría del Bienestar en toda la república, llevando brigadas a todos los eventos, utilizando brigadas que mal encabeza Ariadna Montiel. En mi columna del lunes pasado publiqué dicha información.
De igual manera, Ebrard Casaubón implicó al gobierno de la Ciudad de México de destinar recursos económicos y humanos a favor de la consentida de Amlo, asegurando que el acarreo masivo es monumental.
Desde que inició el proceso de las corcholatas participantes, Marcelo Ebrard le solicitó al mandatario López Obrador y a su títere Mario Delgado (dizque líder de Morena), que el piso de la contienda fuera parejo y lamentablemente no lo fue. Los dados están cargados en favor de Sheinbaum Pardo debido a que el macuspano sabe que ella es la única que le daría continuidad a su fallida cuarta transformación, porque en los demás no confía.
No debemos olvidar que Morena está infestado de traidores, de expriistas, expanistas, experredistas, exverdes ecologistas y demás partidos, es un movimiento sin unidad, sin cohesión política, sin moral, el poder es lo único que ambicionan sus actuales militantes, sin importar sobre quiénes tienen que pasar para lograr sus objetivos.
La trillada frase de López Obrador, en la que señala “que no somos iguales a los regímenes anteriores”, es cierta, tiene toda la razón, efectivamente no son iguales a las anteriores administraciones, son peores.
De esta manera se descifra la mitomanía de López Obrador, de Morena, de su cuarta deformación, -digo- transformación, de su corcholata favorita Claudia Sheinbaum y de todos aquellos secretarios floreros de su incipiente gabinete, sin olvidar a sus gobernadores sumisos que repiten como loros que México va por el camino indicado, cuando la realidad es otra y está a la vista de todos los habitantes de nuestro vapuleado país.
Las más de 100 mil mentiras pronunciadas en sus nefastas conferencias mañaneras y en sus discursos, son la constante del jefe del Ejecutivo quien ha ocultado la verdad a lo largo de sus casi cinco años de administración que ha sido un lastre para decenas de millones de mexicanos.
Es preciso señalar que los presidentes y los gobiernos en turno, como el actual Andrés Manuel López Obrador, así como el de Luís Echeverría, el de José López Portillo, el de Miguel de la Madrid, el de Carlos Salinas de Gortari, el de Ernesto Zedillo, el de Vicente Fox, el de Felipe Calderón y el del frívolo y corrupto Enrique Peña Nieto, le fallaron rotundamente a todos los mexicanos.
Por lo pronto, en las siguientes semanas, sabremos que los resultados que arrojarán las miles de encuestas que llevarán a cabo cuatro empresas, serán en favor de Claudia Sheinbaum Pardo y corroboraremos que todo este simulacro fue una farsa de López Obrador.