La migración siempre ha sido de los impulsores
más importantes del progreso y dinamismo humano.
Ian Goldin
Sin solución, con heridas en su cuerpo y en su alma, los migrantes que cruzan el país descalzos, algunos, con hambre y con ya pocas esperanzas de llegar a los Estados Unidos de América o de regresar a sus países, desfallecen. Nadie les ayuda. En cambio, les piden dinero para llevarlos a casa o a la esperanzada frontera, no les queda nada: ni fuerzas, ni agua, ni nada. El sueño americano terminó en el accidentado camino, por decir lo manos.
La ola de migrantes proveniente de Turquía, Europa, Oceanía, África, es interminable. El destino cambia, pero no para mejorar. En todos lados se muere la gente; unos se quedan en algunos lugares, otros crean nuevas comunidades y no pocos y pocas son ocupadas por el crimen organizado, sobre todo niños y jóvenes al paso de las caravanas por Latinoamérica.
En México se espera que crucen más de 15 millones de migrantes registrados o no, rumbo a EUA, provenientes de todas partes del mundo. De enero a julio se han recibido en México, 250 mil solicitudes de trámite de paso a los Estados Unidos. México se ha convertido en un país de origen, tránsito y destino migrante.
Niños nacen y mueren en el camino. La pobreza, el hambre y la violencia que los expulsó de su patria se incrementan de poco en poco, no sólo en México como puede verse. El Instituto Nacional de Migración, INM, tiene solicitudes de ingreso de migrantes de 103 países de todos los continentes.
La pobreza tiene voz y se está escuchando día con día en la calle, en los noticieros de televisión y radio, en la prensa escrita y en las redes sociales. Se advierte que se está reconfigurando la geografía mundial. Sólo por citar un dato: 11 millones 200 mil mexicanos migrantes y refugiados viven en el extranjero. Datos duros de una realidad de múltiples aristas a cual más de compleja que son expresión del México que ha dejado de ofrecer oportunidades a los suyos.
La violencia grita en México y en el mundo, lo mismo en Latinoamérica, que en EUA, África, el Mediterráneo y los países árabes.
Violencia, hambre y falta de oportunidades, así como la persecución política, a más de la venta del sueño americano mueve a tantos que dejan desgarradas sus vidas en el camino, abonado con su sangre, con el manido pretexto de ir por un mundo mejor.