Este año marcará un hito en la historia de México, no solo porque habrá sí o sí la primera presidenta, pero también por el espectacular proceso electoral que se avecina, con más de 19 mil cargos en juego en los 32 estados del país. Este viernes el Instituto Electoral del Estado de México dio inicio oficialmente en la entidad mexiquense donde se votará por 6.6 por ciento del número total de las posiciones nacionales.
La renovación de las presidencias municipales y diputaciones locales no es solo una tarea administrativa, sino que será la voluntad, con las expectativas ciudadanas, las que determinen quienes ocuparán esos espacios de representación popular. Con un total de mil 302 cargos en juego para los próximos tres años, la participación de 12.9 millones de electores es crucial para definir el rumbo político de los 125 municipios y de 75 diputaciones locales, entre mayoría y representación proporcional. Además, serán 136 y
966 regidurías.
Los partidos políticos participantes en esta contienda, Morena, PRI, PAN, PRD, Nueva Alianza, PVEM, PT y Movimiento Ciudadano, se preparan para una batalla electoral que no solo definirá el equilibrio de poder en cada rincón del Estado de México, pero además establecerá, claramente, una conformación política muy diferente a la actualmente establecida.
Por supuesto que el desafío para los candidatos y partidos es muy grande. La diversidad de problemas y necesidades en las diversas regiones del Estado de México exige propuestas y soluciones adaptadas a la realidad de cada una. La capacidad de conexión con la gente, la transparencia y la responsabilidad serán factores determinantes en la decisión del electorado, sobre todo porque se ha perdido la credibilidad en los partidos políticos.
Este proceso electoral no está exento de guerra sucia y dispendio de recursos, que veremos al por mayor. La polarización política, la desconfianza en las instituciones y la persistencia de prácticas clientelistas siempre han sido barreras para que avancemos en el tema democrático, pero ahí siguen. No hay diferencia a pesar de la alternancia partidista.
Pero el papel de los ciudadanos es crucial en este y en todos los procesos electorales. El poder del voto es inimaginable. La participación activa, el análisis crítico de las propuestas y la exigencia de rendición de cuentas son herramientas fundamentales para fortalecer la democracia.
Por supuesto, la atención internacional se centrará este año en la elección presidencial, para observar la evolución de su sistema político. La elección de la primera presidenta del país, pero además, que se logre o no la mayoría absoluta en el Congreso de la Unión será interesante para la comunidad en el mundo.
El Estado de México tiene un ingrediente adicional: es gobernado por un partido que no es el PRI, después de 94 años y es una mujer, Delfina Gómez Álvarez, la que está al frente del ejecutivo estatal.
