En tierra de Sor Juana, en el 2024, a partir de octubre, por primera vez gobernará el país una mujer en 200 años de independencia para imprimir un estilo propio y responderle a un México ávido de soluciones y de un cambio hacia una nueva agenda para México.
Por lo inédito en el país (dos mujeres, dos candidatas a la presidencia de la República), tendría que hacerse historia en el decir y el actuar. La que llegue, identificarse, ella y su gestión, en beneficio de la agenda de preocupaciones de la sociedad. Actuar con energía y vigor pero al mismo tiempo con suavidad, ya que finalmente ese es el espíritu que define a la social democracia: equidad e igualdad, variables de una economía capitalista. No victimizarse y sí, en cambio, actuar como la líder que necesitamos.
Coincidencia en la narrativa, creer en el proyecto, el diagnóstico, la interpretación socioeconómica e incluso antropológica para hacer de las encuestas el fiel y no el motivo de diatriba, de verdad absoluta, en el parecer para creer en el actuar. Las mujeres saben de la agenda de necesidades y preocupaciones de la sociedad.
Que casa, comida y sustento reza el paradigma social lo que en política debiera traducirse en vivienda, precios de los productos de consumo indispensable y distribución a los puntos de venta, lo que implica resolver y gestionar no pocos problemas con el crimen organizado. Ya se vio pidiéndoles permiso.
Dos candidatas: Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez, y un solo presupuesto que alcance para todo, candidatos a Senadores, Diputados, INE (el más importante). La sociedad, las comunidades, los electores y especialmente las candidatas mujeres a diversos puestos para llegar al porcentaje del electorado por el que van a votar y que está en primer término del qué hacer. Éste llegará a una o a otra de cualquiera de las candidatas y sus equipos, a sus planes de gobierno, a otros puertos y al INE, así como a una sociedad que nada tiene que ver con la que conocimos ayer. Llegar hasta el Papa. Ganar la mano. Plantear la agenda de preocupaciones de los mexicanos, inserta en los problemas del mundo. ¿Estar, ser, creer y apoyar? ¿Lograr una Ángela Merkel?
Una campaña que le responda a la niñez y a la juventud que hoy están conociendo otros mundos y mirando el futuro con una visión y aristas diferentes. Se requiere una campaña que convoque a moverse en un nuevo sentido que lo logre. Ya no se puede esperar.