De 53 organismos operadores de agua, sólo 46 lo hacen de manera regular… Con 263 plantas de tratamiento, solamente se trata 30% de las aguas residuales… 40% de agua se pierde en fugas
Dando una leída al Plan de Desarrollo que presentó el Ejecutivo estatal la semana pasada a la Legislatura del Estado de México me encontré lo siguiente: “La actual problemática a la que se enfrenta la población mexiquense en materia hídrica está relacionada con la sobre explotación de los recursos, la degradación de su calidad, así como el incremento de la demanda y los desafíos para la prestación de los servicios de suministro de agua potable y saneamiento.
“Se requieren crear cambios sustanciales en la política hídrica estatal para enfrentar estos desafíos. Surge la necesidad de evolucionar de un enfoque de planeación basado en la satisfacción de la demanda a una estrategia de manejo integral, en la que se considere la protección del recurso en términos de cantidad y calidad como el punto de partida para garantizar el abastecimiento futuro, el desarrollo del estado y la sustentabilidad de los ecosistemas vinculados con el agua”.
Señala también que “El objetivo central del Plan Estatal de Desarrollo… es garantizar la disponibilidad de agua, su gestión sostenible y el saneamiento para todos los habitantes del estado en un marco de sustentabilidad de los ecosistemas”.
Pero veamos a qué se debe enfrentar la actual administración de Alfredo del Mazo, problemas que ahí mismo se señala y que cada gobierno detecta y menciona pero, lejos de solucionarse, la situación empeora.
Menciona que “los procesos de dotación de agua potable y saneamiento se llevan a cabo mediante 53 organismos operadores de agua en los ayuntamientos, de los cuales solo operan de forma regular 46, algunos de los cuales presentan deficiencias de capacitación y certificación de su personal, así como severos problemas financieros”.
Que “Aunque la entidad cuenta con 262 plantas de tratamiento de aguas residuales de origen industrial, con una capacidad instalada de 3.07 m3por segundo, la cobertura de tratamiento de agua no supera el 30%. Esta cifra contrasta con la cobertura de casi 100% en el tratamiento de agua observada en estados como Aguascalientes y Nuevo León”.
Agrega que “97.5% de la población recibe el servicio de agua potable a través de tomas domiciliarias e hidrantes públicos, mientras que el 2.5% restante no tiene acceso al agua potable entubada y se abastece de pipas, debido a que aún no se cuenta con la infraestructura hidráulica para dotar del servicio”.
Este abasto, menciona, presenta cinco grandes problemas para lograrlo, entre los que se encuentran: Sustitución de infraestructura; pese a que se da mantenimiento a la misma, existen equipos obsoletos, los cuales no pueden ser reemplazados por falta de recursos. 40% del agua se pierde en fugas porque las redes de distribución han rebasado la vida útil para el cual fueron construidas. Responder al crecimiento poblacional, que demanda el desarrollo de nuevas redes, nuevos equipos y nueva infraestructura.
La población estimada del Estado de México en 2017 fue de 17 millones 363 mil 387 habitantes, y se prevé que la población en 2023 será de 18 millones 750 mil 374 habitantes según el Consejo Estatal de Población (COESPO). La cobertura de agua potable en 2017 fue de 97.5%, con lo cual se beneficia a una población de 16 millones 929 mil 303 habitantes.
Para mantener la cobertura de 97.5%, señala el plan, en el año 2023 se tendría que dar el servicio a un millón 352 mil 312 nuevos habitantes, que corresponde al crecimiento de la población además de considerar los asentamientos irregulares.
Estos son sólo algunos puntos que toca el documento. Ya se tiene un diagnóstico y se presentan algunas soluciones. Ahora, lo importante, es que verdaderamente se aterricen, porque la problemática ya se conoce desde hace años, pero las soluciones, pocas veces se dan.
