Cuando se trata de psicoterapia, ¿eres una persona que dice “no, nunca”? ¿Sientes que tus problemas no son lo suficientemente graves como para requerir terapia? ¿Crees que buscar ayuda es de débiles? ¿Es un terapeuta simplemente un amigo pagado? Si respondes afirmativamente a cualquiera de estas preguntas, es posible que tengas algunas ideas erróneas sobre qué es la psicoterapia, a quién está diseñada para ayudar y qué tipo de problemas puede ayudar a abordar. Éstos son algunos de los mayores conceptos erróneos sobre la psicoterapia. No dejes que se interpongan en tu propio bienestar.
1. LA TERAPIA ES SÓLO PARA PROBLEMAS GRAVES
De hecho, la terapia puede abordar de manera exitosa una serie de problemas graves de salud mental, pero eso no es todo. La psicoterapia beneficia a todo tipo de personas que buscan soluciones para una amplia gama de desafíos de la vida cotidiana, ayudando a mejorar la calidad de vida, mejorar la autoestima y fomentar un mayor bienestar general.
Por supuesto, la terapia ayuda a abordar las crisis mentales, las pérdidas trágicas y los traumas, así como los desafíos comunes de salud mental como la depresión, la ansiedad, el trastorno por déficit de atención y otros trastornos de salud mental.
Sin embargo, te sorprenderá saber la amplia gama de problemas en que la terapia también puede ayudar.
Por ejemplo, la razón principal por la que las personas me buscan para psicoterapia es para ayudar a tratar con personas en sus vidas que no van a terapia.
Los sentimientos de pérdida son difíciles de procesar por uno solo. La psicoterapia puede ser de especial apoyo para las personas que experimentan una pérdida y un duelo, ya sea por el fin de una relación, un divorcio, la pérdida de un ser querido o un problema médico que les cambia la vida.
La terapia también es inmensamente práctica para la resolución de problemas. Por ejemplo, puede ayudar a las personas a abordar patrones poco saludables en las relaciones, reducir el diálogo interno negativo, mejorar la autoestima, adquirir mejores estrategias para manejar el estrés, ser mejores padres, alcanzar metas en la vida u obtener el apoyo necesario durante tiempos de transición. La conclusión es que no tiene que suceder nada horrible para que alguien busque terapia para sentirse mejor.
2. UN PAR DE SESIONES DE TERAPIA SOLUCIONARÁN EL PROBLEMA
Con la excepción de la terapia de exposición de una sesión, que puede resultar eficaz para ayudar a aliviar fobias específicas, la terapia es un proceso que generalmente requiere una docena o más de sesiones para ser eficaz. No existe una “solución” rápida para un cambio duradero. Ésas son las buenas y las malas noticias. La terapia se centra en las causas fundamentales y eso lleva tiempo.
La Asociación Estadounidense de Psicología (APA) informa que ciertos tipos de psicoterapia requieren una duración moderada (de 12 a 16 sesiones semanales de aproximadamente 50 minutos cada una) para mostrar mejoras clínicamente significativas. Aproximadamente el 50% de las personas que se someten a entre 15 y 20 sesiones informan una mejora significativa. Sin embargo, las personas con afecciones concurrentes y problemas más complejos pueden necesitar un tratamiento más prolongado (de 12 a 18 meses).
Mientras que algunas personas vienen durante unos meses para trabajar en un tema en particular, otras pueden permanecer en terapia durante períodos prolongados para continuar aprendiendo y creciendo en un entorno terapéutico, incluso después de que se haya abordado el problema inicial que los motivó a comenzar la terapia. Algunos tipos de psicoterapia, como el psicoanálisis, están diseñados para un proceso prolongado con el fin de explorar los impulsores inconscientes del comportamiento y los patrones familiares.
3. LAS PERSONAS QUE VAN A TERAPIA SON DÉBILES E INESTABLES
Para algunas personas, especialmente aquellas que valoran ser “fuertes” y autosuficientes, acudir a terapia se considera un fracaso. Juzgan a las personas que necesitan terapia como débiles e incapaces de manejar sus problemas o, peor aún, piensan que están locas.
En realidad, ocurre todo lo contrario. Los expertos en salud mental informan que a menudo los clientes que ven en terapia son mentalmente más sanos que aquellos que temen el estigma de buscar ayuda para recibir asesoramiento. Quienes buscan terapia son ingeniosos y no son débiles. Experimentar el proceso terapéutico transformador requiere fortaleza, honestidad, humildad y coraje.
Confiar en un profesional de la salud mental, tener la voluntad de analizar detenidamente sus pensamientos y comportamientos y estar preparado para ser desafiado en un entorno seguro a realizar ajustes que puedan mejorar su vida es señal de fortaleza, inteligencia y cordura.
Cuidar la salud mental también es bueno para la salud en general. La conexión mente-cuerpo ahora es bien aceptada por la medicina occidental. La APA informa que los problemas emocionales pueden manifestarse como síntomas físicos y viceversa.
4. TODA PSICOTERAPIA ES IGUAL
La psicoterapia, también llamada terapia de conversación o simplemente terapia, no es una sola cosa. Hay muchos tipos de psicoterapia y puede que sean necesarios algunos intentos para encontrar un terapeuta que utilice los métodos que funcionen para ti.
Por ejemplo, la terapia cognitivo-conductual (TCC) ayuda a las personas a notar y cambiar los pensamientos y comportamientos negativos, inútiles (¡y falsos!). Dado que los pensamientos angustiantes tienden a aumentar la ansiedad y la depresión, ayudar a sofocarlos supone un gran beneficio terapéutico. Por otro lado, la terapia interpersonal (TIP), como parece, se centra en mejorar las relaciones interpersonales y desarrollar habilidades sociales como una forma de disminuir la angustia.
Otras formas de psicoterapia incluyen la terapia dialéctica conductual, la terapia psicoanalítica y la terapia humanista. La terapia dialéctica conductual es particularmente beneficiosa para las personas que tienen ideas rígidas, ya que les ayuda a ver otras perspectivas. La terapia psicoanalítica ayuda a descubrir pensamientos inconscientes que pueden estar afectando los comportamientos, emociones y percepciones actuales. La terapia humanista se centra en cómo te percibes a ti mismo y a tu mundo, y cómo estos puntos de vista pueden afectar tus pensamientos, emociones y comportamientos.
Un terapeuta experto puede incorporar uno o más de estos tipos de psicoterapia, según las necesidades del individuo. Además, existen tipos innovadores de terapia que pueden ser útiles para problemas específicos, como la terapia de reprocesamiento y desensibilización por movimientos oculares (EMDR) para los síntomas del trastorno de estrés postraumático (TEPT) , o la hipnosis, que puede ayudar a las personas a sentirse tranquilas y relajadas. .
5. UN TERAPEUTA ES UN AMIGO REMUNERADO
Es cierto que un terapeuta debe ser alguien en quien confíes y, con suerte, alguien cuya compañía disfrutes, lo que puede hacer que te sientas como con un amigo, pero son bastante diferentes.
Un psicoterapeuta (psiquiatra, psicólogo, consejero o trabajador social) es un profesional que ha pasado por pruebas y capacitación clínica rigurosas. Están sujetos a un estricto código de ética, que les exige mantener como prioridad tus mejores intereses.
A diferencia de una amistad, la relación con tu terapeuta no es una calle de doble sentido. De hecho, tu terapeuta no revelará mucha información sobre sí mismo. Y cuando compartan algo personal, probablemente lo harán para ayudarte a crecer. Su objetivo es mantener el foco en ti y tus objetivos.
Puedes discutir problemas con un terapeuta que tal vez no sean adecuados para que los escuche un amigo, ya que un terapeuta está capacitado para escuchar tus inquietudes más profundas y detectar hábilmente pensamientos y patrones inútiles. Proporcionan total atención, apoyo y una perspectiva más objetiva de tu situación. Utilizan técnicas basadas en la ciencia para ayudarte a tomar decisiones más saludables en tu vida.
Si bien un amigo puede ofrecerte un buen oído, un terapeuta capacitado puede ayudarte a transformar tu vida, y lo hace. Se ha demostrado que la psicoterapia ayuda aproximadamente a tres cuartas partes de las personas que la prueban.
6. TE ACOSTARÁS EN UN SOFÁ Y HABLARÁS CON UN TERAPEUTA QUE TOMA NOTAS
Todos lo hemos visto en películas y televisión: un terapeuta se sienta en silencio y sin emoción, escuchando y tomando notas mientras el cliente está en un sofá mirando al techo y hablando.
Esto no es terapia. Puede que tu terapeuta tenga un sofá, ¡pero tú no estarás acostado en él!
Lo más probable es que se encuentren uno frente al otro mientras están sentado, y ellos se sientan en una silla sin obstáculos entre ustedes, algo así como una cómoda sala de estar.
La psicoterapia es una relación y un diálogo. La disposición de los asientos y la distancia entre un profesional y un cliente están diseñadas para facilitar la comunicación abierta. .
7. LA TERAPIA ES SÓLO PARA MUJERES
Es cierto que es más probable que las mujeres busquen terapia, y probablemente sea porque hay menos estigma en torno a las mujeres que buscan ayuda. De hecho, la Alianza Nacional sobre Enfermedades Mentales (NAMI) informa que del 20% de los adultos que sufrieron enfermedades mentales en 2019, alrededor del 50% fueron las mujeres las que recibieron atención de salud mental, mientras que solo alrededor del 37% de los hombres la recibieron.
Desafortunadamente, las investigaciones indican que muchos hombres todavía asocian la búsqueda de ayuda para un problema psicológico o emocional con vergüenza y debilidad. Sin embargo, los hombres pueden beneficiarse enormemente de la terapia, especialmente porque tienen menos lugares adonde acudir en busca de apoyo emocional.
8. NO MUCHA GENTE VA A TERAPIA
Si bien la mayoría de nosotros compartiremos felizmente si trabajamos con un profesional para otros aspectos de la salud (como un entrenador, fisioterapeuta o trabajador corporal), solo les decimos a unos pocos de confianza, que vamos a terapia. Aunque hoy en día hay mucho menos estigma en torno a la terapia, las personas todavía se muestran reacias a decir que van, lo que puede dar la falsa impresión de que pocas personas trabajan con un terapeuta.
Sin embargo, los datos revelan que millones de personas lo hacen. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, en una encuesta nacional, encontraron que el 9,5% de los adultos trabajaron con un terapeuta o consejero en 2019. ¡Eso es casi 33 millones de personas! Es más, la encuesta fue prepandémica. Es probable que el número de personas que buscan terapia en la actualidad sea mucho mayor.
Los problemas de salud mental no pueden esperar, estoy aquí para ayudarte. Ofrezco citas y terapia para adultos, adolescentes, niños y parejas. Obtén más información hablando hoy al +52 5567070097o visita nuestra página de contacto aquí.
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